miércoles, 17 de octubre de 2012

Travesía Mortero del Crucero - Calaca

Este pasado fin de semana largo, coincidiendo con la fiesta del Pilar, el grupo de Cueveros partimos para Cantabria, con el fin de pasar unos días de espeleo. Los que teníamos más tiempo, salimos de Madrid el jueves por la mañana a primera hora. El primer grupo, lo formamos Félix, Pascual, Mar y yo. Nos dirigimos a Astrana, con la intención de realizar la travesía de Crucero-Calaca, ya que en la anterior ocasión, pudimos comprobar que hay una pista en excelentes condiciones (Camino del Hoyo), que saliendo desde Astrana y subiendo en direccion al Mortero y luego hacia el Mazo Chico, asciende hasta el paso que nos deja en el alto (1.062 m)  a 130 m del Mortero del Crucero y a 400m de la Calaca. Llegamos a eso de la 1 y nos dispusimos a comer. Una vez terminamos, procedimos a instalar la sima de Calaca primero ( ED50 30T 454456 / 4787253 / 1061m), anclando el seguro en una chapa puesta en el acceso a la pequeña rampa que baja a la boca del pozo, y el segundo, con una cuerda, en el haya que se asoma al abismo. Posteriormente, procedimos a la instalación del Mortero del Crucero (ED50 30T 454840/ 4787323/ 1057m) ,por donde entrabamos a eso de las 2,30 o 3. El mortero tiene varios acceso y elegimos el más habitual, situado donde hay un frondoso árbol y se desciende un pequeño resalte hasta los spits de cabecera. Se bajan en rampa 2 m y se fracciona el primer p15 o p13 ya que no tengo claro que los 2 metros sean adicionales. Este nos deja en una repisa cómoda donde fraccionamos el segundo p15, que desciende al lecho del río a través de un paso algo estrecho. La cuerda roza al final. Para facilitar la recuperación de la cuerda al terminar la travesía, ya que hay que instalar las dos simas en fijo, yo baje el último y quite el fraccionamiento que da paso al 2º p15.  Una vez en el suelo, al descender la rampa, nos encontramos con el río de cruceros, que toma dirección Norte-Sur. Descendemos la corriente dirección Sur, para explorar este río, ya que vamos acompañados de Félix Martínez, que tiene gran interés en conocerlo, ya que el fue uno de los primeros en explorar la Calaca. Descendemos río abajo, pasando por una estrecha diaclasa y dejamos a la izquierda el afluente, llegando hasta donde se sume el río por una galería baja y donde aparece una gatera a mano izquierda. Posiblemente estemos en la cota -59, cerca del p10 de continuación y a unos 800 m. de la conexión con el Mazo Chico.

Remontamos el río para iniciar la travesía propiamente dicha y empiezan los primeros despistes, después de pasar una gatera entre bloques por la izquierda, como paso evidente, continuamos avanzando por la amplia sala, pasándonos la rampa de arena y piedra donde se encuentra la cuerda para la primera trepada de 5 m. y avanzamos recto hasta otra rampa que se acaba colmatando al fondo de la sala. Retrocedemos y retomamos la rampa y subimos por la cuerda que nos deja en un estrecho meandro por el que tenemos que gatear, acabando en un paso desfondado expuesto, sobre la galería de la que veníamos, de unos 8 metros y que pasamos con un poco de oposición. Más miedo que peligro. Una vez pasado, nos encontramos con una cuerda ascendente para un escarpe de otros 5 metros y que nos deja en una encrucijada de meandros, saliendo uno a la izquierda por donde continua un metro la instalación de la cuerda y dos a la derecha, uno en paso alto y el otro, el evidente, con una marmita al inicio, más bajo. Seguimos la descripción y nos equivocamos tomando el de la marmita, por parecer el evidente. Este meandro nos lleva a un pequeño desfondamiento en una galería concrecionada, donde Félix aprovecha para hacer fotos. Ascendiendo por la izquierda nos lleva al final del meandro que se desfonda en dos niveles transversales. Como hay una chapa y un maillon, instalamos cuerda en doble y bajo al primer y segundo piso sin ver la continuidad clara. Posteriormente y con una topografía más actualizada que tomamos del club Viana de Guadalajara (Llevamos la de Isidoro Ortiz,) observamos que hay más galerías en la denominada zona del Caribe, que en la topo de Isidoro no aparecen. En este punto y con 3 horas de recorrido, me empiezo a plantear que esto puede ser una odisea, ya que apenas hemos recorrido poco más de 200 m. Volvimos y seguimos por donde apunta la cuerda, que hace de pasamanos y salida del pozo, en dirección Oeste y al poco de pasar unos cuantos metros por el meandro desfondado (me imagino que todo el mundo tira por el que fuimos nosotros ya que este meadro es incomodo y no invita a recorrerlo), empiezan a aparecer las marmitas referidas en la descripción de Isidoro.

Progresando por el meandro, llegamos al Hundimiento, desfondamiento de la galería y punto de conexión con Calaca, rodeamos el desfondamiento y usamos una cuerda instalada en la zona sur de la sala (izq) para progresar. En este punto la cavidad cambia su volumen, pasando a los portes cántabros. Avanzando por los hitos (toda la travesía los tiene) entramos en una sala de techos bajos, donde sale una gatera a la izquierda del todo y otra de frente. Usamos la de frente, por el hito situado al lado y avanzamos. La gatera lejos de ser agobiante, llega a un punto en que se bifurca, continuando por el derecha y otra por el centro-izquierda. Tomamos la centro derecha y progresamos hasta encontrar una cuerda roja. En este punto Félix nos reclama desde atrás y volvemos para tomar la galería a izquierdas. Al poco salimos a una amplia sala donde aparece el rió negro (más bien un hilillo) nombre que recibe ya que el barro y los sedimentos son negros. Un poco más adelante, los famosos pendants (francés, pendientes)  de un tamaño considerable y que han dado pie a los geólogos e hidrólogos a leer en ellos con la claridad de la escritura, características como presiónes, volumenes, etc.. Nos hacemos una foto de rigor y avanzamos por el río negro, hasta que este desaparece en un derrumbe y los bloques nos obligan a trepar. Antes de comenzar el ascenso, y por la izquierda, a petición de Félix, nuevamente, conocedor de la zona, visitamos la sala terrible, y efectivamente, lo terrible de la sala son sus dimensiones que nos dejan asombrados ya que esta más limpia de bloques que otras posteriores que veremos. Regresamos y subimos los bloques para acceder al Gran Mogollón que nos vuelve a dejar pasmados por sus dimensiones. Decidimos rebautizar la sala ya que Pascual ve en el techo una formación caliza con la forma de una perrita marilin y como el que le puso el nombre fue Félix, para nosotros ahora es la sala Marilin. Subimos y arriba se encuentra un pozo limpio de unos 20 o 25 m. Continuamos siguiendo ya a Félix (y los hitos) y entramos en la sala de suelo plano que nos deja al fondo en el resalte de 5 m con cuerda que tenemos que subir. Este paso también nos cuenta Félix que lo descubrió el en una ocasión que se puso a mirar una vez que habían bajado el material del club a la Calaca, que utilizaban de almacén. Descendemos hasta la base del pozo p27 con la cuerda instalada y en cuya base se encuentra repleta de huesos y "calacas", calaberas de ganado vacuno. También como sospechábamos , notamos el incesante goteo del pozo ya que afuera esta lloviendo de lo lindo, como avisaba el pronóstico del tiempo. Iniciamos el ascenso por el precioso pozo lavado, bajo una fuerte lluvia, siendo el paraje de película de miedo. Parecíamos a la comunidad del anillo en Mordor. A las 8,30 desinstalamos Calaca y el Crucero bajo una incesante lluvia y agradecimos haber quitado el fraccionamiento y no tener que bajar nada más que una pequeña rampa de 2 m. Nos metimos todos en el coche calados hasta los huesos y empezamos con cuidado el descenso hasta Astrana, desde donde tomamos ruta para Asón. Allí, en el restaurante coventosa nos estában ya esperando Isa, Manu y Roberto. Nos cambiamos, y cenamos todos juntos. Para mi, el paraje de la zona de Garma Ciega es uno de los más bellos que he visto por su aire ancestral y primario.

jueves, 4 de octubre de 2012

Cueva de los Basconcillos

Como culminación a un fin de semana de no parar, este pasado lunes 24 de septiembre, y como salida express de Cueveros, nos juntamos Felix, Manu, Jose Mª, Ramón, Mar y yo y emprendimos ruta hacia Basconcillos del Tozo, en plena comarca de La Lora, Burgos. Se llega a esta localidad por la carretera que lleva a Aguilar de Campoo. La cueva se sitúa al margen derecho de la carretera a unos 300 metros en un valle ciego que finaliza en una pared caliza por donde se sume el río Mundilla, que más que río parece arroyo, al menos en épocas de estiaje. Llegamos con los coches por un camino de tractor hasta la misma pradera previa a la entrada del río por el macizo calizo y allí nos equipamos con los neoprenos por si es necesario avanzar por el curso activo, ya que ninguno de los que vamos hemos conseguido localizar la gatera que comunica con la Sala de las Dunas y con la salida por la Hoya de los Caracoles. Entramos pues por el curso del río que al poco se desvía a la izq. por galerías inundadas y nosotros avanzamos hacia la derecha hacia la Sala de los Basconcillos (105x98 metros) que en época de lluvias se llega a inundar por completo dejando restos por todas partes como podemos observar. Tomamos dirección hacia unos bloques por donde se prosigue por un paso no muy amplio hasta alcanzar la Galeria Munilla, de unos 450 metros y de un porte acañonado con amplitudes de 6 a 20 m de ancho por 5 a 10 m de alto. Al poco volvemos a encontrar el río y revisando las pozas de poca profundidad que se forman en meandros y demás empezamos a ver cangrejos de río por todas partes. Aparentemente son de la especia española. A medida q progresamos nos da más y más  la sensación de ir por un cañón de altas paredes, de hecho la galería se llama así, Galería del Cañón, que termina bruscamente cuando el río se filtra por la izquierda  dejando a mano izquierda una rampa con desprendimientos (La Sala de las Animas) por donde intentamos localizar la gatera de conexión con el resto de la cueva. Lo intentamos a media altura, dando con una pequeña sala y tres gateras con surco que después de revisar determinamos no son de continuidad. Poco después subimos más altura y a la izquierda damos con unos reflectores y una entrada a otra gatera de unos 30 metros que aparentemente y por la descripción de la longitud de la gatera buscada no es lo que perseguimos, abandonándola a pesar de la corriente de aire reinante. Cuando ya habíamos decidido volver y hacer las correspondientes fotos, Manu y yo proseguimos por el cauce seco del rió al frente y tras un paso sifonable que pasamos a gatas volvemos a dar con agua y atravesando distintos pequeños lagos acabamos dando con la Sala de las Dunas. Revisamos un poco la topo y volvemos a por nuestros compañeros. Por esta ruta hay que mojarse hasta el pecho en algunos tramos pero sin necesidad de nadar en ningún caso. Retornamos todos y exploramos la inmensa sala de las Dunas viendo sus espectaculares formaciones y llegando hasta la gatera de conexión, por el otro lado pero que al final no entramos. Ascendimos la rampa llegando a la galería Anticlinal y salimos por la Hoya de los Caracoles, no sin antes reparar en una excavación clandestina que dejo al descubierto costillas humanas y trozos de cerámica, así como hueso de animales. Salimos al aire libre y paseamos hasta el arco natural. Una vez realizadas las correspondientes fotos retornamos el camino andado sin llegar al sifón terminal a unos 280 metros. A la vuelta el compañero Felix realizó el reportaje fotográfico de la cueva.

Una vez fuera he de decir que no nos sobró el neopreno de 5 ya que pasamos bastante tiempo en el agua entre idas y venidas y haciendo las fotos y lo que en un principio fue un calvario cuando intentábamos dar con el paso de la gatera a la sala de las Dunas se comvirtió en una bendición.

A la salida y ya cambiados dimos cuenta de una suculenta merienda entre coches ya que el viento estaba peleón.