domingo, 4 de enero de 2015

Mina Consuelo

Como salida navideña de los cueveros, apta para todos los públicos, nuestro compañero Félix nos ha preparado la visita a la Mina Consuelo, de Mirabilita/Glauberita (Sulfato Sódico) , en el término municipal de Chinchón. Su acceso se realiza por una pista apta para todo tipo de vehículos (C/ Antonio Machado), que parte de la rotonda donde se interseccionan la M506 y la M302, entre los términos de San Martín de la Vega y Morata de Tajuña y que discurre paralela al río Jarama  al pie del farallón que delimita la paleocuenca del río. Recorridos unos 5 kms. nos encontraremos con una propiedad privada de lo que parece una explotación agraria abandonada ,que trunca el paso natural.

Conviene llegar hasta la puerta y pedir permiso, ya que nosotros fuimos bordeando por las tierras y nos dieron el alto, un poco molestos. Al final todo se arreglo y tan amigos. A unos cien metros, nuevamente en el camino sale un caminito poco marcado a la izquierda que asciende hacia media ladera y atraviesa un gran derrumbe que a modo de alud a barrido la ladera y ha dejado rocas en el sembrado de media tonelada. Este camino conduce a la boca más grande ya que hallaremos varias. Esta mina, que data de mediado del sigo XIX, ha sido escavada por el método de huecos y pilares, cámaras que se conectaban mediante socavones de gran sección con el exterior. Toda la excavación se encuentra veteada, dándole un aspecto imponente. A mi personalmente se me asemeja, salvando las distancias, con la playa de las catedrales.

Visitamos varias galerías, encontrando andamios modernos en una de ella, donde parece que la veta de mineral es más pura.

 El socavamiento de los pilares  en su base por la humedad, así como el desplome de algunas bóvedas planas entre pilares, puede ser un problema con el tiempo. En cualquier caso, unas buenas fotos de contraluces y contrastes y un lugar un tanto insospechado.

Una vez finalizada la visita, nos despedimos de los compañeros que no vinieron a la comida y el resto nos fuimos a comer a Pinto, donde disfrutamos de una buena comida entre mayores y pequeños.

Un día de disfrute en buena compañía, haciendo lo que nos gusta, a poco más de media hora de Madrid.