lunes, 2 de noviembre de 2020

Sima de Otxabide

Para esta ocasión, nos vamos a reunir expeleos de varios clubes, aunque finalmente y como viene siendo habitual en este año del covid-19, no participaremos todos los inicialmente apuntados. Al final nos juntamos Mar, Patricia, Carmen, Pascual, Moreno y yo como participantes de la actividad, y José Luís, que acompaña a Carmen, que visitará la zona como senderista. La organización corre a cargo de Mar, que como ya nos paso en el anterior intento de septiembre, que fracaso por falta de permisos, nos ha llevado a alojarnos hasta Amurrio, ya que los albergues más próximos estaban completos.

 Nos alojamos en el hostal Ayala, de Amurrio, que aunque a 30 Km. del destino, nos ha parecido muy cómodo y bien preparado ya que dispone de pequeños comedores y puedes desayunar lo que quieras. Las camas cojonudas y los baños nuevos. El precio 22 euros por persona/noche.

 Nos juntamos a eso de las 9:30 p.m. casi todos, ya que Carmen y José Luís venían más tarde y cenaron por el camino. Nos comimos una hamburguesa que no estaba mal en la zona, ya que la pensión esta en el centro, y a sobar. Quedamos a las 8 a.m. para empezar a desayunar y a las 9:30 o algo más salíamos para el aparcamiento de Pagomakurre, en el Parque Natural de Gorbeia (Vizcaya), cerca del pueblo de Areatxa.  En este parking  tendremos que dejar el coche, ya que el permiso especifica claramente que no se puede seguir (y aunque te dejasen tampoco hay pista para llegar). Entre pitos y flautas yo creo que serían las 11  cuando nos encontramos con una sorpresa que no contábamos con ella. Aquello estaba hasta arriba y no había sitio. Habíamos pasado por otros parking que también estaban prácticamente llenos y la cosa se empezaba a complicar, ya que la boca de la sima se encuentra a 2,5 Km. de Pagomakurre. Empezamos a evaluar las alternativas hasta que al final nos tocó la lotería ya que de donde teníamos los coches aparcados en doble fila se fue una furgoneta que nos permitió meter los dos más grandes. José Luís luego se busco la vida y el suyo que era más pequeño lo acoplo como pudo.

 El día nos iba a dar un respiro entre lluvia y lluvia, y lo único fueron algunas rachas de viento algo molesto, pero que no llegaron a congelarnos mientras nos cambiábamos. Tomamos un camino que justamente daba a los coches y que comienza por una especie de laberinto de troncos para que el ganado no salga supongo, y que esta bien marcado y es común para la ruta que va al Ojo Atxular, que no es otra cosa que un arco de piedra natural muy famoso por la zona. La senda esta bien marcada y va por bosques que a mi en algún tramo me parecieron secuoyas jóvenes. Es un barrizal de principio a fin, que se  va aproximando a la falda de una peña, siguiendo durante un buen rato un vallado. Al llegar a un descampado vimos gente arriba hacia la izquierda que debía de ir al Ojo. Desde este punto hay que avanzar un poco en diagonal hacia la pared de la peña, donde encontraremos una cuerda de nudos con un tramo de pasamanos y después dos cuerdas más que ya habrá que subir con los aparatos y que nos dejan en una boca mediana que da acceso a la cavidad. Hemos remontado unos 15 metros aproximadamente. La boca por la que vamos a acceder (ITX 118), ya que esta cavidad cuenta con varias entradas, se encuentra a los pies de la peña Asparreta y Aitzkorrigane. Posición al pie de la primera cuerda de acceso a la boca :30T515470 4769468 (Datum WGS84). En este punto nos dejo José Luís que se fue a hacer su marcha. Al final, y no me lo explico, a poco más de media hora desde el hostal, estamos al pie de la boca a las 13 horas , en horario Talpa.

 En este primer tramo la galería es fósil y avanzamos sin problemas hasta llegar a una gatera amplia ascendente sobre colada y con un fuerte tiro de aire que no deja lugar a duras. Saliendo de ella avanzamos un poco más por una galería con alguna concreción fosilizada para encontrar una cuerda que sube una rampa de unos 7 metros y nos deja en el balcón del pozaco de 150 m. dividido por grandes bloques. Para no ir echándole el aliento en el cogote al equipo que va a instalar (Moreno y Pascual), les dejamos 1 hora y pico de margen, y cual no será nuestra sorpresa que llegando al balcón del primer pozo oímos a Carmen contactar con ellos.

La bajada se realiza en dos tramos, de 45 y de 72 metros respectivamente. Para el primero se instala un pequeño pasamanos a la cabecera por la izquierda, que a los pocos metros se fracciona. Desde este fraccionamiento nosotros nos iremos en la izquierda en anclajes químicos a modo de piquetas, bajamos hasta un fraccionamiento con spit que no podemos poner ya que no entra el tornillo y que dejamos con un mosquetón a modo de desviador, hacia la izquierda mirando la pared por donde descendemos. Desde aquí otro tramo hasta ya el último fraccionamiento que nos baja los últimos  metros en volado hasta la cima de un bloque puntiagudo por el que descenderemos con cuerda e iremos remontando a pared contraria y hacia la izquierda a lo que será un pasamanos de 4 tramos con la cabecera, de seguro y reaseguro. Desde este punto bajaremos cómodamente en 5 fraccionamiento el esplendido pozo de 72 hasta una gran rampa que seguirá descendiendo hasta sumirse por un caos de bloque con catadióptricos y una cuerda que en su día debía de estar para bajar el p7 por la derecha. Fuera ya del caos de bloques, la gran galería, con porte similar a las cántabras, sigue descendiendo suavemente hasta cortar la galería del Viento. Nosotros seguiremos por la vía principal. Comentar que un par de compañeros, poníamos de largo el nuevo stop de peltz y por lo que a mi se refiere la experiencia no ha sido la esperada, al menos utilizando el stop con su mosquetón doble que hace las veces de freno, ya que el roce de la cuerda hace que quede marca en un lateral del stop y hace también que el descenso tenga un roce y una resistencia que no acaba de convencerme. Otra de las cosas que no me convence, es el cierre del mosquetón, que no tiene bloqueo de dirección siendo fácil girarlo y abrirlo con un roce de cuerda. Una vez abajo reunidos, yo no me cosqué pero el grupo ya había decidido, vista la hora, de no llegar hasta la galería Gorbea, a favor de poder salir a una hora que nos dieran de cenar, ya que con el covid, a las 10,30 cierran cocinas. Dejamos la cuerda de apoyo y vamos descendiendo por las amplias galerías hasta llegar al río, donde por algunas piedras colocadas estratégicamente vamos salvando el mojarnos, hasta llegar a una sala mayor completamente inundada. Hemos llegado a la cota más baja, -198 metros. Desde aquí subimos hasta la galería del Campamento y vemos la cuerda que te sube a la galerías del Pulpo (E10), que dejaremos para otra ocasión. Bordeamos la gran galería hasta situarnos en un alargado balcón por el que iremos progresivamente descendiendo a la galería principal y vuelta. No hubo mayor incidente de el de habernos mojado, unos en el río, otros por los pasos resbaladizos y embarrados.

 Empezamos a subir a eso de las 5:45 y yo que era el último, terminaba a las 9:00.  Fuimos poco a poco volviendo al aparcamiento en medio de una tormenta de aire y con la gran suerte de que tampoco nos esperaba la lluvia. Nos cambiamos para salir corriendo y llegar a eso de las 11 a Areatza (creo) donde pudimos “cenar” en un kebab. Comentamos la jugada y vuelta para Amurrio y al final a la 1 en la cama, pero como teníamos a favor el cambio de hora, la cosa no pudo terminar mejor. Una buena jornada de espeleo en una cavidad con unos portes que no me esperaba y como siempre con la mejor compañía posible. Queda emplazada una segunda visita para llegar a la galería Gorbea.