Este pasado sábado 28 de septiembre, nos reunimos miembros
del GE Silex para compensar alguna salida del calendario que no pudimos realizar
por diversas causas. En esta ocasión vamos Mar, Pascual, Moreno, Gache y yo. La
idea inicial es visitar una de las Z o la Sima Diana, dependiendo de cuanta
gente se encuentre en la zona de Valsalobre.
Habíamos quedado con nuestros compañeros a las 10,30 en el bar de Villanueva y por la N2, a la altura de Alcalá, localizamos al terrano de
Gache, inconfundible por su decoración. Les seguimos y a eso de las 11 menos
cuarto, estabamos ya comprando pan y tomándonos un café/cerveza, como siempre en el
bareto de Villanueva de Alcorón (la Pilarica), aquí nos encontramos con Luis,
el coordinador territorial de espeleosocorro de Madrid, que iba acompañado de otros tres compañeros y con el que
estuvo primero charlando Moreno, y posteriormente nosotros, al salir a colación
el accidente de Lucas en el Nispero. También coincidimos y saludamos a Pedro del GAEM, que iba con otro nutrido grupo. Se notaba el ambientillo que había generado en la peña, haber visto la noche anterior al Calleja en la Krubera pasandolas putas. Será por identificación con la sensación que muchas veces se tiene después de pasarlas canutas, de preguntarse a uno mismo el porque y para que c. hace uno lo que esta haciendo. Al
final decidimos ir a la Z6, por lo que nos dirigimos a través de la CM-2015
hacia Zahorejas para desviarnos por la CM-2101 hacia Peñalen. Pasado del
refugio de la Zapatilla y la Sima de Alcorón, y unos kilómetros más adelante
tomaremos el desvío a la derecha que va a las Juanas. Desde la Juana I
continuamos 170 m por el camino que traíamos y encontramos un desvío a la
derecha, que tomaremos y un poco más adelante se vuelve a dividir en dos el
camino. El de la derecha lleva a la Z3 (30T0571897,4499765 WGS84) y el de la
izquierda te deja en la boca de la Z6.
En esta ocasión estaba libre, ya que la anterior vez la encontramos instalada. A las 13 horas, Moreno comienza con la instalación. La
entrada es una estrecha oquedad en el suelo, por
donde desagua una pequeña vaguada. Tiene un bloque empotrado, donde se
encuentra la cabecera del primer p11. Este nos deja en una rampa descendente
con piedras pequeñas y barro que nos coloca en el p9. Una vez abajo, avanzamos
por una pequeña galería desfondada en una gran diaclasa que forma la sima y donde nos reagrupamos.
Hay un pasamanos cómodo que nos deja en el siguiente p11. En nuestro caso, como
vamos a optar por bajar por el p48 para evitar el agua, en lugar del p60, ya
que la previsión es de lluvia, instalamos con una sola cuerda el p11 y otro
tramo de unos 12 metros que continúa a través de una grieta estrecha
descendente que nos deja en una pequeña repisa entre pozos, donde volvemos a reagruparnos.
Aquí y a través de un pasamanos colgado, recién instalado en parabolt, para
evitar el péndulo que había que hacer anteriormente (el pasamanos es cómodo al
poder apoyarnos en oposición), nos sitúa en la cabecera del p48, que se
desciende en dos fraccionamientos localizados en los dos resaltes de roca que hay y un pequeño desviador prácticamente al
final. El pozo es de gran amplitud. Una vez abajo recorremos la sección
longitudinal de la diaclasa hacia su parte sur, atravesando unos grandes
bloques empotrados, y que termina en una pequeña sala con chimenea. Se observan
infinidad de pequeñas geodas así como la erosión particular en esta zona de la
cueva. Yo ni tan siquiera fui a ver la base del p60 que suele estar con agua. Unas fotos y empezamos el ascenso. En nuestro caso, y para evitar
problemas, fuimos subiendo de uno en uno, al igual que bajar, ya que en el
primer y segundo fraccionamiento (especialmente el primero) se desprende barro
y pequeñas piedras que pueden causar algún golpe. Al final, el tiempo nos tenía
reservada el agua para el momento más oportuno y fue, de hecho Pascual, que fue
el último en salir quien comprobó por que Moreno iba tan bien abrigado, ya que
se llevo de lleno la tormenta y el chorro de agua en el último pozo de salida, que le
empapo. Todos arriba, invertimos casi 6 horas en la actividad. Al final tuvimos
que recoger deprisa y corriendo y cambiarnos en la gasolinera abandonada de
Villanueva de Alcorón, ya que no había forma en la boca por la lluvia y el viento. Mientras pedíamos el café, llego
Luis con su grupo también, así que nos despedimos, ya que ellos habían dejado
instalada la sima de la Cierva para el domingo, y dormirian en alguno de los refugios.
Retorno a casa con tormenta y mal tiempo que hizo la conduccion un poco más pesada, pero una actividad de día la mar de saludable y en compañía de
buenos compañeros de espeleo.
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