Este fin
de semana, hemos podido subir a Cantabria y visitar la Torca de los Morteros,
que, aunque se encuentra en Burgos, se puede decir que esta justo en la
frontera con Cantabria, ya que se encuentra a pocos metros por debajo del alto
de la Sia, siendo la cara sur del valle de Soba.
La visita
en esta ocasión, la hacemos, María, cuñada de Moreno, él mismo, Cache, Pascual
y yo.
Quedamos a las 9,30 en Bustablado, ya que otro grupo de los nuestros, con
Mar, Ana, Ricardo y José Emilio, iban a realizar la travesía Tonio-Cañuela.
Nosotros tomamos dirección al Portillo de la Sía y a pocos kilómetros del
descenso del puerto, dejamos el coche para tomar un camino que sale a mano
derecha según bajamos, concretametne en el pk 5,550 de la Bu 571 y próximo a
una casa habitada que se sitúa a la izquierda de la carretera. Este camino
cementado, va ascendiendo en dirección al farallón calizo que se ve un poco a
la izquierda. A fecha de ayer, había un cartel de venta de la finca que lo
bordea, de 20.000 metros con casa rehabilitada. Subimos por el camino del que a
menos de 1 km sale otro a la derecha, este empedrado de grava gruesa que
también abandonamos al poco. Voy a describir el camino correcto, ya que nos
equivocamos, al llevar mal las coordenadas. Además, Moreno que era el guía, la
hizo en las dos ocasiones anteriores con el entorno nevado, que desdibujaba
bastante el reconocimiento. Por el camino de grava, tomamos una vereda que sale
a la derecha y que se confunde con un pequeño arroyo, y que toma dirección a la
torreta de la luz, por la que pasaremos al lado. Desde la torreta iremos
bordeando el bosque de hayas que quedará a la izquierda, atravesando algunos
pequeños tramos de este y siempre en dirección al farallón rocoso. Al llegar a
el, veremos una gran hendidura que dejaremos a la izquierda. En este punto, en
vez de continuar bordeando el farallón, atajaremos bosque a través, ascendiendo
por una empinada rampa que lo atraviesa y que nos deja nuevamente en una zona más
clara donde seguiremos dejando los árboles a la izquierda. Aquí la vereda
parece más clara y nos llevará a la boca de la sima que se sitúa en un claro no
muy grande (Datum WGS84 30T 0451585
4777409 alt. 1288 m
Moreno
procede a instalar el pasamanos de aproximación a la cabecera del P25 negro
como la boca del lobo, no sin cierta dificultad al encontrarse esta bastante
alejada. Bajamos del tirón y vamos avanzando por una gran galería del primer
piso siguiendo los hitos en dirección oeste, llegando a un gran derrumbe. Se
destrepa una bajada un poco resbaladiza y a la izquierda abajo encontramos un
meandro que irá bajando, donde según topo encontramos la primera R4 que
nosotros instalamos ya que es más pozo que rampa. Dejamos a la derecha una gran
galería que Moreno nos comenta lleva hacia el pozo amable. Siguiendo por el
meandro, un poco mas allá hay un paso también que asusta un poco y en el que
pusimos una pequeña cuerda quitamiedos pero que se demostró innecesaria. A
medida que progresamos por el meandro que se va desfondando, el frío empieza a
hacer su aparición ya que hay corriente de aire. El siguiente obstáculo es un
P8 y un poco más allá el p10 volado que nos dejará en el segundo piso. Aquí la
temperatura cambia por completo.
Nosotros
tomaremos dirección N-NE por una amplia galería que a mitad de recorrido tiene
unos catadióptricos que te indican el paso que hay a la derecha bajando para la
conexión con Inmunía. Se encuentra a pocos metros de una gran ventana que no
hay que bajar ya que se hace por el referido paso. Seguiremos recto hasta que la galería se
precipita a un gran pozo, según Moreno, de 120. Tiene spits instalados para
hacer un pasamanos, pero nosotros volvemos sobre nuestros pasos para seguir por
la conexión a Inmunía. Revisaremos primero la vía principal que acaba
nuevamente en otro pozo, aunque es más cañón que pozo que rebautizaremos con el
nombre del pozo de cocodrilo ya que Cache se arrimo a rastras y apretando los
dientes.
Sin
tenerlo claro, damos media vuelta y continuamos por el camino de la conexión,
que sigue bajando a mano derecha y entra en una galería zigzagueante que
termina en una pronunciada rampa que tiene un spit arriba a la derecha, donde
ponemos una cuerda. Una vez abajo y hacia la derecha atravesamos un arco de
piedra natural que nos lleva a un escarpe de 4 metros que hay que subir con un
paso de hombros y donde More se aclara diciendo que por allí va la travesía
pero no nosotros. Damos la vuelta y volvemos al paso del cocodrilo, donde
después de revisar el equipo, constatamos que no tenemos ya mosquetones para
acometer el P30 que te deja en una cuerda para subir un P11 y de ahí acceder a
el pozo-meandro en espiral para llegar a la rampa que da acceso a la sala
Alberto que es nuestro objetivo. Aunque la ficha técnica es bastante sencilla
todos los pequeños pozos tienen largos pasamanos que consumen mucho material.
Tomamos debida nota ya que esta travesía y visita a la sala Alberto volveremos
a realizarla y empezamos a salir. Al final entre idas y venidas, perdidas y no
perdidas, estamos fuera a las 8 de la tarde. Nos cambiamos y tomamos un
refrigerio (unos filetes de cerdo con una tartera llena de pimientos fritos
cortesía de Cache) y Moreno y María partían para sus respectivas casas y
nosotros volvimos a ver si el equipo de Tonio había salido, para cenar todos
juntos en Bustablado.
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