Tal y como
prometimos el año pasado, más o menos por estas fechas, hemos vuelto a visitar
esta zona situada entre los municipios de Montejaque y Benaoján, en la provincia
de Málaga, dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema, a unos 15 km al oeste de Ronda, para realizar nuevamente la travesía de
Hundidero-Gato, pero esta vez, con más tranquilidad, al tener ya un mejor conocimiento de la actividad a realizar.
La descripción, la
podéis encontrar en otro post ya anterior, por lo que no me voy a enrollar
mucho. En esta ocasión, el grupo de espeleos es bastantes más numeroso que el
año pasado. A saber, Mar, Nandy y Carolina, por parte de las chicas, y Pascual,
Félix, Lorenzo, José Mª, Uche, Alvaro, José Manuel, los tres bomberos de Gibraltar, Ian, Dino y Nico y finalmente el que suscribe. En esta ocasión también nos acompañaron Juan, su mujer y las dos hijas de Carolina, Valeria y Greta, que por su corta edad no entraron, aunque no fue por falta de ganas.
Fuimos llegando a Montejaque a medida que caía la tarde. Los primeros fuimos Mar, Pascual y yo, que veníamos de Madrid. Nos dio tiempo a visitar la boca de Gato y darnos un paseo. Poco a poco fue llegando el resto de la gente. Nos alojamos en la Posada del Fresno, propiedad de nuestro compañero Angel, donde estuvimos perfectamente atendidos.
Por la mañana subimos hasta la presa y preparamos la logística, donde Juan, hermano de Felix nos hizo
Fuimos llegando a Montejaque a medida que caía la tarde. Los primeros fuimos Mar, Pascual y yo, que veníamos de Madrid. Nos dio tiempo a visitar la boca de Gato y darnos un paseo. Poco a poco fue llegando el resto de la gente. Nos alojamos en la Posada del Fresno, propiedad de nuestro compañero Angel, donde estuvimos perfectamente atendidos.
Por la mañana subimos hasta la presa y preparamos la logística, donde Juan, hermano de Felix nos hizo
Decidimos hacer tres grupos, para no ir pasando frío en las esperas de los rapeles y empezamos a salir. Nos guía en esta ocasión José Mª G Casanova, seguido de Nandy, Pascual, Mar y yo, y los tres chicos de Gibraltar, que finalmente seríamos uno de los dos equipos de la travesía.
Como la travesía ya esta detallada en la otra ocasión, no voy a extenderme en ella, salvo comentar que las instalaciones en fijo, tenían pequeñas variaciones y nos encontramos con varios tramos de cuerda con nudos, lo que nos llevo a pensar que se hace para realizar la travesía reduciendo los tiempos, vamos que van de competición. También comentar que al menos dos cuerdas están es un estado peligroso y es necesario llevar cuerda adicional. Una de ellas crítica. Con una cuerda de 30 es suficiente. Nosotros llevamos una de 23 y nos sirvió igualmente, ya que las cuerdas del rapel más largo están en buen estado, al menos una de ellas (montado en doble).
Como quiera que nuestro grupo no llevaba fotógrafos pro, y encima íbamos con tres bomberos, que vamos a contar. Lo cierto es que los hombres respetaron la edad y la sabiduría y nos dejaron ir delante casi todo el tiempo. Al final les pudo su juventud y su fuerza. Gente encantadora en todo momento.
Nosotros entramos a las 12 am y a las 18 pm salíamos por la boca de Gato. Hubo que esperar un par de horas más a que todo el grupo estuviese fuera.
Nos cambiamos, con algún pequeño contratiempo, ya que los que más prisa llevaban, que eran los bomberos, que retornaban a Gibraltar esa misma tarde, tuvieron que esperar al resto del grupo al estar su ropa en un coche del que no teníamos llaves.
Una vez secos, nos despedimos de los compañeros y nos fuimos a Montejaque a cenar el resto del grupo. Risas y charla hasta el agotamiento y para la posada al merecido descanso.
Por la mañana hicimos un intento de visitar la cueva de la Pileta, que se encuentra ubicada en el término de Benaoján, y que posee magnificas pinturas rupestres (un pez y una yegua preñada, que da imagen al icono de la sierra de Grazalema), pero había una visita restringida a un grupo, por lo que decidimos no esperar y retornar hacia Madrid.
Un fenomenal fin de semana, disfrutando de la compañía de buenos amigos y de un entorno encantado.Cada vez me gusta más Montejaque y su entorno, y no quita que le haga una visita "aerea" para dejarme acariciar por su sol.
Como la travesía ya esta detallada en la otra ocasión, no voy a extenderme en ella, salvo comentar que las instalaciones en fijo, tenían pequeñas variaciones y nos encontramos con varios tramos de cuerda con nudos, lo que nos llevo a pensar que se hace para realizar la travesía reduciendo los tiempos, vamos que van de competición. También comentar que al menos dos cuerdas están es un estado peligroso y es necesario llevar cuerda adicional. Una de ellas crítica. Con una cuerda de 30 es suficiente. Nosotros llevamos una de 23 y nos sirvió igualmente, ya que las cuerdas del rapel más largo están en buen estado, al menos una de ellas (montado en doble).
Como quiera que nuestro grupo no llevaba fotógrafos pro, y encima íbamos con tres bomberos, que vamos a contar. Lo cierto es que los hombres respetaron la edad y la sabiduría y nos dejaron ir delante casi todo el tiempo. Al final les pudo su juventud y su fuerza. Gente encantadora en todo momento.
Nosotros entramos a las 12 am y a las 18 pm salíamos por la boca de Gato. Hubo que esperar un par de horas más a que todo el grupo estuviese fuera.
Nos cambiamos, con algún pequeño contratiempo, ya que los que más prisa llevaban, que eran los bomberos, que retornaban a Gibraltar esa misma tarde, tuvieron que esperar al resto del grupo al estar su ropa en un coche del que no teníamos llaves.
Una vez secos, nos despedimos de los compañeros y nos fuimos a Montejaque a cenar el resto del grupo. Risas y charla hasta el agotamiento y para la posada al merecido descanso.
Por la mañana hicimos un intento de visitar la cueva de la Pileta, que se encuentra ubicada en el término de Benaoján, y que posee magnificas pinturas rupestres (un pez y una yegua preñada, que da imagen al icono de la sierra de Grazalema), pero había una visita restringida a un grupo, por lo que decidimos no esperar y retornar hacia Madrid.
Un fenomenal fin de semana, disfrutando de la compañía de buenos amigos y de un entorno encantado.Cada vez me gusta más Montejaque y su entorno, y no quita que le haga una visita "aerea" para dejarme acariciar por su sol.
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