martes, 29 de enero de 2019

Sistema Gándara Sala del Vivac

En esta ocasión, y después de un invierno de parón, salvo alguna sima de la zona Centro, por fin conseguimos organizar una salida consensuada con miembros del SCC y del Silex & Otros. En total somos unas 20 personas. La idea era hacer dos grandes grupos, unos iríamos a hacer la travesía de Torca la Sima - Vivac y otros irían por la entrada artificial hasta la sala del Ángel.

A medida que se acercaba la fecha, 26 de enero 2019, las previsiones meteorológicas iban empeorando por momentos, culminando el jueves en alertas rojas en los ríos Gándara y Asón, este último desbordándose finalmente en Ampuero y gran parte de su recorrido.

Al final, la gente, por unas cosas y otras, se fue dando de baja y finalmente quedamos 8 espeleos dispuestos a entrar. Descartamos Torca la Sima y nos centramos en un único grupo, con objetivo de llegar hasta el Vivac de los franceses, si la cascada de la sala del Ángel nos lo permitía, sin mojarnos demasiado.

Mar, Cache y yo, llegábamos temprano el viernes al albergue de Rocío , ya que estamos jubilados, y nos permitió darnos una vuelta de reconocimiento por la tarde. A medida que íbamos subiendo desde Ramales hacia Asón,nos iba sorprendiendo el caudal del río, que llegaba a inundar los prados de la entrada del pueblo. Espectacular ver este río en toda su potencia. Visitamos la cascada del Asón que estaba preciosa y sorteamos piedras de buen tamaño que han roto la carretera, así como pequeñas riadas que bajaban del costado izquierdo, en varias ocasiones. Nos acercamos a la cascada del Gándara que también estaba espectacular. A la bajada, en el restaurante Coventosa de Asón,  vimos la furgoneta del Capi (Sergio Estrada) y a Juanito Polarís (nombre de guerra del facebook de Ionel). Paramos para saludarlos y ya comentamos los planes para el sábado. Ellos también iban a entrar por Gándara para llegar a la sala de los Cristales, pero lo harían más temprano, así que acordamos que dejasen la cuerda del pozo de 40 y que a la vuelta la desinstalaríamos nosotros. 

Quedamos sobre las 10 am con los que venían de Santander. Después de comentar la jugada de los caudales y como podría afectar, viendo un día esplendido por delante, a eso de las 11, subimos para el aparcamiento. Al ir acercándonos ya se veía que los caudales habían disminuido considerablemente, cosa que agradecimos ya que seguro, nos mojaríamos menos. Los espeleos fuimos, Mar, Azucena,Fer, Julio, Nano, Juanillo, Cache y yo. Entrabamos a las 12,20 y saldríamos los últimos a las 22,00.


A medida que nos acercábamos al pozo del Oso, nos pareció que no había demasiada agua en suspensión y el ruido de la cascada de abajo no era tampoco significativo. Yo me esperaba mucha más. Nada más pasar el pasamanos, se había formado un gran charco que pasamos pegados a la pared por el lado derecho. Algunos no pudieron evitar llenar las botas de agua para el resto del camino.

Hicimos una visita al Jacuzzi, que tenia medio metro más de agua y seguimos al Delator, avanzando sin problemas hasta el pozo, que encontramos cambiado de la última vez, ya que ahora hay un largo pasamanos más arriba para evitar la rampa. Aquí se quedaron Fer y Azu,  ya que esta última no tenía mucha experiencia en verticales y prefirieron dar una vuelta por lo andado y luego salir tranquilamente. Los 6 que quedamos, pasamos el pasamanos hasta la cabecera. A los 5 metros de esta, hay que instalar un desviador corto (dinema) para evitar el roce de la panza. Un par de fraccionamientos más y ya estamos abajo. Dejamos al final de la cuerda un mosquetón como testigo de que estábamos abajo, aunque como finalmente sucedió era muy difícil no cruzarnos con los que iban por delante.

Descendimos los 3 pequeños resaltes, que nos dejaron ante un rumor creciente y una nube de agua en suspensión. A medida que bajábamos por las cuerdas que ayudan a destrepar la sala del Ángel, el estruendo de la cascada era iba en aumento, pero curiosamente, la vista se aclaraba, ya que imagino que por la corriente de aire, el agua en suspensión se iba hacia el pozo. Ya en las excéntricas, pudimos observar bien las dos cascadas, una por la izquierda que yo no había visto nunca y la principal que bajaba a plena potencia. En este punto empezaron a salir del agujero por donde continúa la travesía, Ionel, el Capi y otros dos espeleos, que volvían ya de la sala de los Cristales. Charlamos un rato con ellos. Sergio nos enseñó las fotos y nos dio luz con sus inventos para fotografiar la cascada. Nos comentaron que habían tardado 5 horas, del total de 7 que emplearían en realizar el recorrido ida y vuelta. Después de unas cuantas fotos más, y de quedar en Asón para devolverle las cuerdas a Ionel, cada uno a lo suyo. Nosotros bajamos la rampa para entrar en la gran galería Cruzille ,de bloques, que acabó conmigo a la vuelta. Al final de esta galería, y después de pasar por un puente que forma una monumental laja, nos metimos por un paso estrecho a la derecha arriba de los bloques, y que luego irá girando a la izquierda, que conecta con otra gran galería que cruza por encima al río Viscoso. Avanzamos por esta gran galería que parece el cauce de un antiguo río, donde escuchamos el agua en dos puntos, y llegamos al Vivac , que más parecen las chabolas de Soweto. Tomamos algo y vuelta, ya que habíamos hablado de llegar hasta el meandro, pero dadas las horas y que otras dos compañeras, María y Lucy, nos esperan en el albergue para cenar, decidimos dar la vuelta tranquilamente. Yo en esta ocasión, una vez llegado a la sala del Ángel, tengo que pasarle mi saca a Mar y coger la suya, ya que acuso seriamente el esfuerzo. Menos mal que me iré recuperando en los pozos al acompañar a Nano en la desinstalación. Cuando veo la topo de la travesía de Calígrafos-Gándara, de Pedrito y Antonio (y otros muchos) se me ponen los pelos de punta. 

Fuimos saliendo y el que me dejo pasmao fue Julio que cogió la iniciativa desde el principio y salió el primero. Se vino arriba, ya que conoce esta cavidad perfectamente y ha explorado en ella con los franceses. A veces la nostalgia de volver a los sitios nos da alas. El último en salir fui yo a eso de las 10 de la noche. Total 10 horas de actividad. Bajamos y nos cambiamos, corriendo hacia el albergue al que llegamos a eso de las 11,30 o algo más. No sin antes despedirnos de Ionel en Asón. Después de besos y abrazos con las chicas, Maria y Lucy y de contarnos las penas y alegrías, empezamos a cenar a las 12 y acabamos a las 2. Gracias a ambas,y a todos, ya que llegamos a mesa puesta. Espero que Rocío y su chico nos perdonen el follón.

El domingo volvió a cambiar el tiempo y nos despertó lloviendo con ganas. A pesar de todo, nos acercamos a Valle para ver la boca, donde Lucy nos ilustró un poco es arqueología de la cavidad. Nos despedimos y vuelta, que parecía que el tiempo auguraba nieve y nos quedaba subir los tornos y pasar el páramo, donde encontramos algo de nevisca. 

Otro finde especial con todos nuestros amigos, más ya, que compañeros de fatigas y dando gracias al tiempo por ese regalo de día.