miércoles, 26 de abril de 2017

Cueva 415

En esta ocasión y aprovechando que nos hemos quedamos solos, Mar y yo decidimos aprovechar el sábado para hacer algo pequeño y si es posible bonito, para quitarnos la espinita de la Sima Picón. Ya en la anterior visita a Cueva Mur,  estuvimos por la zona de Matienzo, con sus 4.500 cavidades, pensando que malo sería si no localizábamos alguna que mereciera la pena. De ahí, y por casualidad, nos dieron las coordenadas de la Cueva 415 (WGS84 30T 451200 4797509), un grupo de expeleos que también aprovechaban la mañana del domingo aquel,  para hacer algo pequeño. Para llegar al parking hay que tomar la carretera CA-266 desde Matienzo, en dirección a Solórzano y pasado el barrio de la Secada, según subimos el pequeño puerto de Fuente de Varas, y poco antes del Km. 15, tomaremos la primera desviación a mano izquierda en dirección a Busmartín, ojo que el cartel es manual. De ahí a 560 m esta el parking, que no es otra cosa que un ancho de la carretera. Dejamos el coche y seguimos recto  por el camino que va a una finca. Atravesamos la portillera y nos reciben los ladridos de un martín que está atado en la casa de abajo. La primera coordenada que metí estaba equivocada y perdimos más de una hora prao arriba prao abajo. Una vez corregido, nada más pasar la portilla, yo me bajé por la linde de la finca y Mar se fue directa al perro. Nos encontramos en medio el prao, a media ladera aún del final de la finca, donde un palo atravesado y un alambre de espinos indican la mínima boca de entrada.
La entrada en una gatera descendente, primero por suelo terroso para enseguida encontrar ya la caliza. Los primeros pasos son un poco agobiantes por la tierra, pero enseguida se va ampliando y después de otra pequeña rampa más amplia, nos deja ya en una sala de buenas dimensiones donde vemos una cuerda para ayudarnos a bajar los 4 metros de destrepe. Tienen un fraccionamiento para facilitar la salida y quitar el roce. Abajo y hacia la izquierda se ve con claridad otro par de cuerdas ascendentes, a una ventana a unos 4 metros más o menos. En la sala hay alguna progresión que no hicimos.
Ascendimos a la ventana y continuamos por un conducto estrecho que en un punto y para evitar por la derecha una rampa pozo, asciende por la parte más estrecha de la cueva, pero que al estar la gatera limpia se pasa sin mucho enganchón. Superada la gatera rampa, aparecen otras 2 cuerdas que también sirven  para franquear otra rampa pozo, esta más pronunciada y que dejamos a la derecha. A los pocos metros de la cuerda, el conducto se abre a la sala más grande de la cueva, donde aparecen las formaciones. Aquí encontramos lo que hemos venido a buscar y nos tiramos más de media hora haciendo las oportunas fotos a las excéntricas singulares, con mucho cuidado de no llevarnos por delante alguna formación, como evidencian los restos del suelo. Una vez cumplido el objetivo salimos sin más incidentes, utilizando para la visita 2 horas. La subida del prao a la vuelta se las trae.
La cavidad es una gatera continua,  pero la sala merece la pena. La dificultad técnica es poco más que cero pero se necesitan los aparatos, al menos para nosotros, y, es un pequeño tesoro que merece la pena visitar.
Como nos sobro toda la tarde, nos fuimos hacia Calseca, por el Collado de la Espina, desde Bustablado, utilizando la pista que usamos para ir a Tonio, a ver si encontrábamos el gran pozo MTDE, y lo que si vimos fue un montón de coches de expeleos al pie del Alto de Porra, por lo que suponemos no andara muy lejos de alli. Llegamos al monumento a la vaca pasiega, dimos una vuelta y como había una niebla que no dejaba ver nada, nos fuimos de vuelta por el Barranco del Paso Malo hacia el camping de San Roque, donde tomamos café y vuelta para Asón.

Un día tranquilo, de disfrute cuevero y con el objetivo cumplido. Nos queda por la zona visitar la Torca del Mostajo y esperar encontrar alguna que otra maravilla perdida.

viernes, 21 de abril de 2017

Sima Picón

Como objetivo para esta Semana Santa, y dado que no había mucho quórum, propuse una salida express a Cantabria con la intención de visitar alguna cavidad para fotografiar y dentro de las ya revisadas. JMG Casanova y Nandy nos avisaron que andaban no muy lejos de la zona y que se apuntaban el viernes santo, por lo que el equipo lo configuramos Mar, Nandy, JM G Casanova y yo.

Como ya en la anterior visita a Cueva Mur habíamos revisado la zona de Matienzo donde se encuentran las bocas de la Torca del Mostajo y la Sima Picón, decidimos que sería interesante visitar una de ellas, así que preparamos primero la Torca del Mostajo, por tener algo más de enjundia. Revisando la información asociada a la zona, dimos con una página de los ingleses, Matienzo Caves, (http://matienzocaves.org.uk/) que llevan 50 años explorando la zona, junto con otros grupos. En esta página encontrareis lo que queráis, y para la ocasión nos bajamos la topo de la Sima Picón, Torca del Mostajo, y de todo el Sistema Cubija. En principio seleccionamos la Torca del Mostajo y después de revisar la información y ver videos por Internet, JMG prefiere algo más ancho, ya que la segunda gatera parece verdaderamente pequeña. Optamos pues por la Sima Picón.

Quedamos a las 10,30 en Matienzo, justo en el desvío de la CA-654 al Sel de Suto, carretera que tomaremos para ir a la sima. Como el bar estaba cerrado y la programación iba a quedarse un poco corta, decidimos irnos a tomar un café a Ramales, viaje que aprovechamos para llevar a un paisano autostopista a Riva. Nos agasajamos con unos cuantos pasteles, además del café, para ir bien provistos de azúcar y ya finalmente nos fuimos para Matienzo. Tomamos el citado desvío y como a 900 metros, nos desviamos por la pista asfaltada/carreteruca que está a la derecha y sigue bordeando la peña de El Naso. Pasamos por delante de la Cueva del Molino y como a unos 700 metros desde el desvío, nos encontramos otra pista asfaltada que sube a la derecha. Ascendemos este paso que nos lleva a un pequeño valle. Justo nada más subir suele haber varios coches de escaladores. Seguimos por esta pista como 1,5 kms. hasta la última casa, y un poco antes de llegar hay un par de apartados en la pista/carretera para dejar los coches. Si esta el paisano, mejor pedirle permiso de paso. Es un hombre relativamente joven de buen talante que puede ayudar a localizar lo que se quiera. Nosotros hablamos con él en la anterior visita a la zona prospectando las bocas y nos dijo donde se encontraba la sima Picón ya que las coordenadas no eran buenas.

Comentar que en esta zona se desarrolla el Sistema Cubija, que cuenta con varias entradas entre las que se encuentran la Torca del Mostajo, a la derecha de donde dejamos el coche y la Sima Picón justo a la misma altura, a la izquierda. Además esta la Cueva de la Morenura, Torca del Regatón y el Cubio de Cubija, amén de otras que aún no se han conectado, como la que vamos a visitar.

Cruzamos el prao del paisano y vamos ascendiendo hacia la torreta de electricidad más alejada. Se pueden tomar cualquiera de las dos torretas visibles como referencia, pero lo que esta en la misma vertical es la más lejana, la más cercana nos sitúa un poco a la izquierda de la boca pero en cambio está al mismo nivel. Nos desplazamos también nosotros hacia la izquierda buscando una vereda un poco más cómoda para no atravesar el bosque por medio y vamos encontrando la senda. Finalmente llegamos a la boca de la sima (WGS84 30T 450242 4796761), que tiene dos entradas, una con un p35 de mala instalación y al lado el p15, que instalamos, primero a un natural y justo cuando empiezas a entrar en la vertical de la boca, tienes un parabolt de 8 con tuerca en la roca de la izquierda. Desciendes unos metros y también a la izquierda tienes un spit para instalar, ambos fraccionamientos con pequeña repisa. De este y ya en la vertical de la pared a unos 5 metros del fondo se encuentra el spit final. Nosotros usamos una cuerda de 50 por ser la que traíamos.

El pozo, salvando las distancias, se me asemeja al la Cueva del Río de Aylagas en Soria. Este,  nos deja en un cono de derrubio, de donde nos llama la atención, lo que parece un exoesqueleto de una máquina al puro estilo de Horizon Zero Dawn, que no viene a ser otra cosa, que los despojos modernos de material  eléctrico de alguna reparación en la torreta próxima. Una vergüenza y un atentado contra nuestro patrimonio del subsuelo, inaceptable en estos tiempos, en los que hay recursos de sobra para retirar este material.

Salvados los gusanos mecánicos, bajamos el cono por la izquierda en la dirección evidente, llegando después de bajar la gran sala a una zona donde vimos un spit,  en una remontada muy expuesta por la la izquierda, que desechamos y una gatera sumidero que da a una minisala por la otra. Tuvimos que sacar el plano para ver que la cueva sigue su desarrollo por la derecha a donde retornamos y ya accedimos a otra pequeña sala llena de restos completos de cabras, lugar donde después de haber caído a la sima (luego vimos a la salida que hay una rampa en la cual es fácil caer y bajar pero no subir), se van a morir. Al menos encontramos 4 restos completos. Seguimos avanzando hasta la gran sala G.E.S. por la que transitamos sin problemas ya que hay algunos hitos y el camino esta visible. En esta ocasión y como ayuda adicional,  hemos aprovechado para usar unos palitos reflectantes que se usan en los radios de las bicis y que van de miedo para la ocasión.

Ascendemos al fondo de la sala por un paso en bloque que también se puede gestionar por la derecha por una estrechez que nos deja en la siguiente sala, en este caso descendente. Nos llama la atención el porte de las salas para la zona donde estamos ya que no da sensación de que se puedan encontrar estos volúmenes a escasos 10 metros de la surgencia. Toda la cavidad se encuentra descalcificada y fracturada, siendo en general muy pocas los aportes de agua y careciendo por completo de formaciones. Ahora nos encontramos en la sala más grande de la sima, la sala de los Bloques, que comienza con una empinada rampa sobre tierra y rocas que van cayendo y levantando un fuerte olor a metano a medida que avanzamos. Giramos a la derecha y aquí el porte llama la atención. A nuestra izquierda unos grandes bloques nos indican continuación al fondo izquierda por las sombras, pero ahora seguimos nuestro camino por la derecha, bajando una nueva rampa que gira a la derecha y donde ya empiezan a aparecer formaciones coralinas. Estamos en lo que creemos es el Coral Rift y aquí nos volvemos locos buscando el paso de la gatera que vimos en un video y que da paso a las siguientes salas de formaciones, donde se encuentran las electitas en forma masiva. No conseguimos más que bajar a otra sala circular con alguna formación pero sin continuidad, y después de un buen rato, y las pocas ganas que tienen algunos de arrastrarse, decidimos dar la vuelta no sin revisar todos los rincones de la zona.

En la vuelta, visitamos el ramal de la izquierda que antes no revisamos y encontramos un p15 que para atravesarlo hay que realizar una travesía por una arista de formaciones apoyada por pasamanos instalado fijo que también nos da la risa. Como a priori esta parte no da a la zona buscada, nos paramos, tomamos un refrigerio y emprendemos la vuelta desde este punto, que en cosa de media hora o poco más nos sitúa al pie de la cuerda.  Vamos saliendo y se queda Mar para recuperar y a las 6 pm estamos todos fuera. Hemos tardado 5 horas en el paseo. Nos cambiamos y nos vamos a tomar algo a Bustablado, donde finalmente nos quedamos a cenar, haciendo una clásica de chuletón.


Una pena no haber podido visitar la parte más bonita de la sima, pero que se le va a hacer. Nos despedimos de nuestros compañeros que se van para la Unquera y nos vamos a dormir a Asón, donde estamos pernoctando. Comentar que se nota lo de la semana santa ya que esta todo a tope. Nosotros aún utilizaremos el sábado para hacer una cueva pequeña en la zona, pero eso es otra historia.

jueves, 6 de abril de 2017

Cueva Mur

Antes de que la memoria empiece a fallar, cosa cada vez más frecuente, voy a relatar la visita de este fin de semana a Cueva Mur, cavidad clásica donde las haya que además de tener su punto de acción, tiene sus pequeños tesoros guardados. Para algunos de nosotros era la primera visita completa a la cavidad, ya que en anteriores visitas, o bien no pudimos completarla por falta de material, o se anuló la salida por causas diversas.

En esta ocasión el grupo lo formamos, Mar, Nandy, Jose MG Casanova, Jose Moreno y yo. Parte nos alojamos en los apartamentos Arredondo, a la salida de esta localidad en dirección al Asón, y que por 10 eur nos permite disponer de un pequeño apartamento para dos, en nuestro caso. Quedamos con Casanova y Nandy en Ramales a las 10,30 ya que ellos venían de Unquera, y después de unos cafés nos encaminamos hacia la boca de Cueva Mur, eso si, jarreando agua. Para llegar al parking hay que tomar en dirección al puerto de los Tornos por la N629 y después de unas cuantas revueltas, como a unos 3 kms. encontraremos una pista que nos lleva a la cueva de Covalanas, cueva turística con pinturas rupestres, en cuyo parquing dejaremos el coche. Seguiremos el camino de la cueva turística, y en la segunda curva a la izquierda, sale una senda muy pisada que subiendo nos lleva a la gran boca y que desde este punto se encuentra oculta. Las dimensiones de la boca son espectaculares y no tiene pérdida, al situarse en el farallón del monte Pando, visible desde la carretera. Será esta circunstancia por las que nunca tomo las coordenadas gps.  La cavidad la hemos visitado con anterioridad, pero al no estar instalado el pasamanos de aproximación a la rampa, nos quedamos en el laminados y posterior balcón, ya que no llevábamos material suficiente para su instalación. Decir que la cavidad se encuentra reequipada en fijo desde 2014 por parte del Espeleo Club Cántabro en colaboración de la FCE a excepción de la rampa de 55 m que nos deja en la base de la gran sala.

Como hacia mucho que no la visitábamos, nos confundimos y nos fuimos a las gateras que hay al fondo de la boca a mano izquierda, así que tuvimos que rectificar y bajar un poco. La entrada se encuentra a través de una pequeña ventana de metal sin puerta que se sitúa arriba y a la derecha de la boca, subiendo por una pequeña canal. Ya cuando nos dirigíamos a ella, otro grupo nos venía pisando los talones, y no era otro que el de las “desertoras”, María y Sonia. Saludamos a María y entramos con el fin de no atascarnos, pero ya había otro grupo de 4 personas del GAEM de Madrid, y aunque a priori aquello parecía una espeleoromería, al final la cosa salió bien y pudimos disfrutar de la cavidad sin agobios ni atascos. Con el chaval que iba de guía en el grupo del GAEM curiosamente habíamos coincidido hacía un par de años en la travesía Cuivo-Mortero, el caso es que este mundillo es un pañuelo.

La cavidad empieza con un pequeño laminador en la entrada que da acceso a una rampa cuya instalación nos lleva a remontar a pared contraria para situarnos en un pasamanos que bordea por arriba una sala y que después de una rampa, también instalada, nos deja en el paso del cordino, que finalmente nos deja en un resalte de un par de metros, todo ello instalado en fijo. En la anterior ocasión y antes del resalte, según bajamos la rampa visitamos las galerías de la derecha, sin gran interés, ya que carecen de formaciones.

Una vez subido el resalte, ascendemos en rampa continua dos tramos de cuerda que nos dejan arriba en una ventana que da acceso al largo laminador dividido en dos tramos, siendo el segundo más estrecho y bajo que el primero y que nos deja después de destrepar un metro escaso en el balcón de la gran sala, donde vemos las cabeceras del pasamanos, ya que para el primer tramo hay instaladas dos cuerdas. Este se baja con stop para mayor seguridad. Vamos progresando como pequeñas luciérnagas en la inmensa sala obscura por el pasamanos que es cómodo hasta una repisa al fondo a la derecha donde se sitúa la cabecera de la rampa. Allí contactamos con el grupo anterior y al preguntar por Pedrito, nos comentaron que se habían dividido en tres grupo, uno el que allí estaba, otro estaba alojado donde nosotros y con destino a Coventosa y el tercero, donde estaba Pedro, a la Gandara.  Instalamos dos cuerdas para bajar más rápido. Nosotros usamos una de 54 y llego bien hasta una zona de fácil destrepada. Este será el punto donde terminaremos nuestro recorrido circular, viniendo por la derecha por unas galerías de techo bajo.

Desde el fondo de la rampa, nos encontramos en la base de la Gran Sala y tomamos hacia la derecha ascendiendo hacia la parte izquierda de una colada y un gran balcón, pegado a donde nos deja la cuerda. Ascendemos a la sala del Campamento y por la izquierda revisamos una galería ascendente con gran cantidad de formaciones fósiles y una estalagmita que tiene una foto. Progresamos por salas grandes de la Cascada y el Caos, donde paramos junto con los compañeros de GAEM a tomar un refrigerio.

Desde aquí seguiremos nuestro camino por la Galería de los Meandros, pasada la cual nos dirigiremos hacia la derecha para encontrar la Sala del Lapicero. Aquí, buscaremos en la pared izquierda el Paso de los Retales. Como iban por delante los compañeros del otro grupo, no hubo problema en su localización. Añadir además que hay un gran catadióptrico sujeto por estalactitas y una flecha de barro que lo indican con claridad.  Este se pasa boca arriba y con la espalda pegada al suelo, es un paso estrecho pero algunos de nuestros miembros que tenían dudad por su corpulencia lo pasaron sin problemas. Se sigue progresando por una especie de meandro estrecho y bajo para salir ya a salas más amplias y marcadas con la nueva señalización de cavidades ZB de hilo verde fluorescente, que balizan el tránsito por galerías fósiles donde la marca de arcilla verdaderamente va dejando su rastro. En un punto de la sala, las señalizaciones se bifurcan a la izquierda para visitar la galería de los Gours , que una vez revisada , retornamos a el camino principal que nos lleva por un conducto triangular precioso, teniendo como alternativa una gatera infecta a la izquierda. A partir de este punto uno irá reptando por la galería de los Guantes hasta llegar a la cabecera de la rampa y recuperar la cuerda instalada. La vuelta se realiza despacio dado el número de participantes, pero sin llegar a conectar con el grupo perseguidor. Salimos ya al atardecer con las últimas luces y hemos empleado 7 horas en hacer la visita. Nos cambiamos bajo una lluvia insistente que no ha parado en todo el día y ya preparador para irnos, contactamos con María, quedando para tomar unas cervezas en un bareto de la plaza de Ramales.
Comentamos la jugada con los chicos del Espeleo Club Cántabro y quedamos para una futura visita de ellos al kart del Cañón del Río Lobos para finales de abril. Nos despedimos de nuestra compañera y vuelta a Bustablado a darnos un homenaje en el bar de Evaristo,  como viene siendo ya costumbre.

El domingo, nos quedamos solos Mar y yo, y aprovechamos para localizar las bocas de la sima del Mostajo y la del Picón,  tarea que nos llevo un tiempo y que gracias a una pérdida, nos compensó con encontrarnos a otro grupo de chavales que completaban el fin de semana visitando la 415, de la cual nos dieron paradero.

Localizamos finalmente las 2 bocas, gracias a la colaboración del paisano que vive entre ellas y aprovechamos la mañana para patear aquella zona de Matienzo que no conocíamos.


Un gran fin de semana en inmejorable compañía y preparando ya el petate para la siguiente salida a Cantabria.