domingo, 30 de noviembre de 2014

Torca de los Morteros – Segundo Piso


En esta ocasión, la salida formaba parte de las actividades programadas del grupo, y en principio se iba a realizar una clásica, visitando la Torca de los Morteros, hasta la galería Alberto. Como quiera que en esta ocasión se invitó a Paco, dueño de la tienda Laser y miembro del Club Talpa, al que hemos pertenecido unos más que otros, y el estaba un poco cansando de esta zona, ya que estuvo más de 8 años de exploración en la Torca, nos avinimos a visitar otra que él había transitado hace más de 20 años y que recordaba menos, el segundo piso hasta el pozo de 83 m. y vuelta hasta la intersección con el P120.

En principio la salida iba a ser el fin de semana del 21 al 23 de noviembre, pero como alguno de los participantes venía directamente el sábado (día de la actividad) desde Madrid, decidimos hacer lo mismo. A las 6,45 salimos desde San Agustín, Pascual, Mar y yo y nos reunimos todos a la subida al Puerto de la Sía en el desvío al camino que nos aproxima a la zona de la Torca. Allí nos reunimos con Sonia, María y Moreno, y poco después llego Paco.

Como ya la habíamos visitado en este julio pasado, nos evitamos la pérdida anterior, entre otras cosas por no haber revisado la documentación del Club Viana que describía la aproximación. Esta vez fuimos directos siguiendo las torres de un antiguo remonte hasta la torre de electricidad y de ahí, bordeando el bosque, hasta el corte en la pared que poco más allá deja un paso empinado para subir y seguir bordeando por el bosque hasta el lapiaz y la boca (Datum WGS84 30T 0451585 4777409 alt. 1288 m). Al final entre unas cosas y otras, como siempre y a pesar de ser otro club, llevamos el horario Talpa, ya que empezamos a bajar a la 1 de la tarde. Como ya he descrito la primera parte de acceso en un anterior post, paso a relatar a partir de la bifurcación que se encuentra destrepando una gran colada fósil que se sume en un meandro desfondado en dirección este. Esta fue la vía utilizada en la anterior visita para bajar al segundo piso. En esta ocasión, cambiamos de dirección hacia el oeste (derecha) y empezamos a ascender una gran tolva de arena y piedras de considerable tamaño hasta el denominado agujero soplador, que en esta ocasión no soplaba prácticamente nada. Desde este punto se da acceso a una sala de medianas dimensiones con formaciones completamente descalcificadas siendo la más representativa una gran columna que se asoma a la siguiente sala de grandes dimensiones donde se sitúan las cabeceras el imponente P120 y otro pozo lateral de poca profundidad, al menos a vista. Desde este punto, iniciamos la instalación de un largo pasamanos quitamiedos que nos permitiría franquear por la izquierda, el gran cono que forma el P120 en su cabecera. Para la ocasión utilizamos (de cabeza) 5 chapas de 8 y mosquetones, con dos cuerdas de 30. En su parte central, el pasamanos se ancla a una estalagmita. El segundo tramos esta instalado en fijo sin ninguna garantía por lo que lo reequipamos. Este segundo tramo es una cresta ascendente que nos tenía un poco preocupados ya que los recuerdos de algunos compañeros la hacían más de equilibrista que lo que fue. No se si por acción del paso de la gente o vaya usted a saber, pero el paso es ancho. Me acordé de nuestro compañero Cache, que en esta ocasión no nos ha podido acompañar, ya que de estar, lo bautizaríamos como el paso del cocodrilo II. Superado el obstáculo, la galería sube en una pequeña rampa hasta la siguiente galería alargada y desfondada donde a la izquierda arriba esta el acceso al impresionante pozo amable de 233 metros. A la vuelta nos asomamos a la cabecera, pero debido a la gran humedad reinante en la zona no pudimos divisar la negrura de sus profundidades. Pasada la galería, en su final, a la derecha, encontramos la zona de conexión con el segundo piso, en forma de gatera descendente a modo de rampa que nos sitúa en el primer P9. Al metro y medio de bajar, pusimos cuerda en un pequeño puente de roca en el techo que nos sirvió para asegurar el descenso de los restante 4 metros de rampa, si bien, no es necesaria,  ya que la cabecera no se encuentra directamente en la vertical de la rampa, situándose un poco a la derecha. Instalamos el P9 con reaseguro y cabecera en techo (aquí puede venir bien un clown siendo suficiente), que nos deja en una sala de medianas dimensiones donde bajando por rampa de cascotes y arena (tónica general de todo el segundo piso) se vuelve a sumir en un pequeño meandro que se desfonda a la derecha hacia la cabecera del último obstáculo, un P13. También es esta ocasión instalamos cuerda en el meandro, más para subir que para bajar, ya que tiene un primer resalte de 2 metros completamente vertical. El P13 tiene un pequeño péndulo en el único fraccionamiento que tiene.
 
Nos dejó en lo alto de una rampa de arena, desde donde nosotros tomamos dirección oeste. Mirando a la pared de bajada hacia la derecha, ya que a la izquierda, la galería se medio colapsa por un caos de monumentales bloques, que a través de ellos se accede a otro tramo del segundo piso y que comunica con el P120, que visitaremos a la vuelta.

Avanzamos por la amplia galería entre bajadas hasta el final de la galería que acaba bajando por una rampa llena de bloques para luego subir y terminar cerrándose. Poco antes del final tomamos una pequeña galería abajo a la derecha repleta de formaciones coralinas con una columna donde se aprecia en la formación el efecto de la corriente de aire. Este conducto nos lleva a la cabecera del P83. Desde aquí y después de un pequeño refrigerio (Alguien se trajo ya los polvorones y mantecados ), emprendimos la vuelta, visitando el resto del piso hasta donde es taladrado literalmente por el P120, siendo la morfología de este último tramo distinta a la completa fracturación con desprendimientos que hemos venido observando en todo el recorrido anterior. Nos asomamos también al pozo sonoro y vuelta. Tuvimos un pequeño incidente sin consecuencias en la base del P9 por desprendimiento de roca de unos 4 kgs. que bajó la rampa a toda velocidad y salto por el hueco sin impactar a nadie milagrosamente, especialmente a Mar que la pilló en la zona más estrecha.

Salimos poco a poco sin más sobresaltos. En esta ocasión, como casi siempre instaló Moreno y Paco y desinstalamos Pascual y yo. El tiempo nos respeto y nos dejo cambiarnos sin mojarnos. Empleamos 10 horas en el recorrido, si bien nos lo tomamos a modo de paseo. Entre pitos y flautas a las 11,30 salíamos disparados los que teníamos reservada la pernocta en Asón, con el fin de que nos diesen algo de comer.

Por último, pero no menos importante, le traslado desde aquí todo mi agradecimiento y el de mis compañeros,  a Pepe Serrano del Club Viana, que gracias a su actitud y e información, nos ha permitido disfrutar de un estupendo día haciendo lo que nos gusta.

lunes, 20 de octubre de 2014

Travesía Hundidero Gato - Montejaque – Benaoján (Málaga)

Con un poco de incertidumbre, debido principalmente a las lluvias que habían caído en estas últimas semanas por toda España, nos dirigimos hacia Montejaque, en la sierra de Grazalema, Málaga,  para cumplir con la cita que teníamos ya reservada con su correspondiente permiso, para realizar la travesía Hundidero-Gato. A tal fin salimos el viernes pasadas las 5,30 de la tarde. Esta vez el equipo lo forman los miembros de cueveros espeleoriseros Mar, Nandy, Carolina, Jose Maria G Casanova, Félix, Juan, José Luis, Jesús, Uche y el que suscribe, si bien Carolina y Juan no realizarían la travesía. Fuimos llegando al pueblo hasta que finalmente nos juntamos todos a eso de las 12,30, donde tuvimos una reunión de puesta en común para la jornada siguiente. Al fallar unos compañeros de Jerez, que en principio podrían haber hecho las labores de guías de la expedición, la tarea iba a recaer en los dos miembros que si habían realizado la travesía, pero eso si, hace más de 20 y 30 años. Cuando uno analiza los incidentes que se producen en las cuevas, este suele ser causa de unos cuantos, pero en este caso ambos compañeros coincidían en que la travesía no tenía pérdida, como así fue, y sus requisitos técnicos más allá de la resistencia, tampoco eran relevantes para nuestro nivel, como así se demostró, si bien los dos rápeles se convirtieron en 12 y los dos lagos en 20 y aquello de mojarse sólo al principio fue la tónica general durante toda la travesía. Resúmenes que la memoria hace para que quepa todo supongo. 
Nos alojamos un grupo en una casa rural y otros en la posada del fresno, propiedad del compañero Ángel Martínez, donde hemos sido atendidos estupendamente, incluso el domingo nos enseño el centro de interpretación a la espeleología que ya quisiéramos nosotros tener algo parecido en la Federación Madrileña. Después de un suculento desayuno a base de café, zumo, embutidos y tostadas de sobrasada, patees y otra cosa que no me acuerdo como se llamaba, nos reunimos con otros compañeros de la zona,  amigos de Juan.  Fofi, con sus 67 años y dos prótesis de titanio en sus rodillas sería el único que nos acompañase. Un gran conocedor en su tiempo del sistema, que participó en la exploración de muchos de sus sifones, uno de los cuales recibe su nombre y que en esta ocasión quiere rememorar ya que no lo visitaba desde hace 40 años. 
Ya reunidos todos emprendimos la marcha llevando los coches hasta el punto próximo a la presa de los Caballeros, donde se dejan los vehículos y desde donde partiremos para acceder a la boca de la Cueva de Hundidero e inicio de la travesía. Para ello tomamos una carretera que sale del mismo Montejaque a la izquierda, casi a la salida y que sube hacia la montaña en dirección a la presa (desvío 30 t 299.279  4.068.443 ), donde nos desviaremos de  la carretera 30 t 300.356  4.070.563 para coger un camino empedrado hasta el aparcamiento ed50 30 t 300.304  4.070.237. Aunque la bajada es buena, si alguien lo prefiere puede dejar los coches en el desvío de la carretera, ya que el aparcamiento de abajo es pequeño y no vale para más de 3 o 4 coches. En esta ocasión contamos con la ventaja de un equipo de apoyo que va a pasear por la zona y que nos llevará los vehículos a la salida de la Cueva del Gato. 
Iniciamos un empinado descenso que pasa por una zona de la presa y baja hacia una profunda depresión sumidero, que es la boca de Hundidero, de grandes dimensiones y forma alargada que me recuerda la boca de la Leze. Esta cavidad ha sido escavada por el río Gaduares y presenta una estructura de cañón kárstico subterráneo. En la gran sala de entrada (Sala Super) nos cambiamos y ponemos el neopreno, pieza imprescindible, al igual que el arnés, que nos acompañará toda la travesía. En este punto, las cosas se empezaron a complicar un poquito, y debo de confesar que unido al nerviosismo que ya traía por la falta de referencias actualizadas de la travesía, así como por los niveles freáticos, hizo que me pusiera un poco nervioso. Jesús y Fofi finalmente olvidaron sus arneses, uno, en el coche por un malentendido y el otro por olvido, total que empezamos la marcha ya un poco mermados, eso si, nuestro nuevo amigo lleva una pértiga de aluminio de 2,5 m como apoyo que estuvimos escuchando durante toda la travesía como si de cencerro se tratase. 
Mi experiencia en estos temas es que el conocimiento de la cavidad así como el material adecuado, sumado a la pericia y resistencia, hacen que los tiempos sean razonables, mientras que la falta de ellos, hacen lo contrario, situación que además tiende a complicarse más aún si cabe por el efecto Murphy, dando como resultado final un sinfín de horas y agobios innecesarios. Dicho lo cual, fue más mi temor que otra cosa, ya que el pozo artesiano que hay antes de entrar a la boca y que sirve de medidor del nivel freático de la misma, estaba completamente seco y de ahí para adelante todo fue a mejor gracias a Dios. La travesía comienza mojándote y termina mojándote ya que a los primeros 70 metros hay un pequeño lago inevitable por el que hay de destrepar por una cuerda de 3 o 4 metros, o bien pegar un salto, así atravesamos el primer lago y tomamos contacto con la temperatura del agua. Al poco tenemos que rebasar un segundo lago también de pequeñas dimensiones y pasar una gran marmita para llegar a una gigantesca marmita (de los americanos) donde hay que seguir por un pasamanos de cadenas que sube por la derecha y que nos lleva al lago de la sartén. No tengo claro si la caída del cauce principal es la marmita de los americanos o la sima del embudo, pero en cualquier caso no hay pérdida ya que hay que seguir las cadenas. Una vez arriba volvemos a descender por una cuerda que nos deja en otro lago precioso. Cabe señalar que durante todo el recorrido vamos a ir acompañados de los esqueletos de metal y madera que quedan de la obra medio faraónica que realizo la Compañía Sevillana de Electricidad por los años 20, en un intento de taponar los mil escapes que tenía la presa anteriormente citada y que dejaba a la misma sin agua a los pocos días de llenarse. Estos armazones, en su mayoría pasarelas colgadas para el paso de obreros y animales, dan un toque tétrico y decadente a la cavidad,  que tiene su puntillo, conformado insólitas imágenes para el recuerdo. Seguimos rapel tras rapel , para lo cual Jesús tubo que improvisar ya desde el principio un arnés de fortuna, con una culera,  y yo compartir con Fofi el mío, ya que finalmente contaremos más de doce pequeños rápeles, siendo el mayor de unos 15 metros (a ojo). Siguiendo siempre el curso del agua pasando de un pequeño lago a otro más grande, otros que son macro marmitas, atravesamos el paso del anillo para llegar a los órganos, formación de unas coladas que caen al lago y de muy bella factura. Un poco más adelante nos encontramos con una de las zonas más bonitas de la travesía, la sala de los gours, una sala de buenas dimensiones, conformada por una sucesión de depósitos escalonados en una ladera, originados por el flujo laminar del agua, donde paramos un poco a la espera de Félix y José Luis que viene haciendo algunas fotos. Hay que resaltar que para los primeros 500 metros emplearemos 2h en sobrepasar los obstáculos. Esta medida nos crea un poco de alarma al pensar en la cantidad que aún nos queda y hace que aligeremos un poco el paso, poco, porque la verdad , como dice el refrán, de la sartén al fuego ya que caímos en la galería de la ciénaga, donde además de una buena corriente de aire, nos costo lo suyo salir de allí. José Mª G Casanova tuvo que rescatar su botas del lodo, que finalmente convinimos, era de una pastosidad y adherencia superior al del Piscarciano. Una vez remontada la galería, la corriente quedo justificada por la gran sala de la plaza de toros, donde tomamos medida de tiempo y referencias de la bibliografía que llevábamos del grupo Geológicas, dándonos cuenta que habíamos llegado al punto 15 minutos antes de lo previsto. Yo personalmente me relaje un poco ya que José Luis nos comentaba que el resto era mas rápido y llevadero como así fue. En esta gran sala vimos calderines, ruedas de vagonetas y otros artefactos que utilizaron los obreros. Los aportes que en épocas de crecida forman una gran cascada estaban secos como pronosticaba el pozo de entrada. Ya un poco más relajados con los tiempos y el agua, seguimos adelante al tramo más acuático de toda la zona ya que hay que atravesar el lago doble, el lago largo, la presa y el cabo de las tormentas, pero antes de la presa paramos en la gran estalagmita para las fotos de rigor y tomar una barrita. Impresionante formación que no pudimos abarcar. Esta parte es preciosa también y el lago del cabo de las tormentas el más bonito de todos, donde hay que nadar un buen trecho, (200 metros dicen algunos) , aunque tiene en el medio alguna piedra para descansar. Este es uno de los punto críticos de la travesía, ya que en época de lluvias, los aportes a esta zona son absolutamente torrenciales, llegando a sifonar parte de sus galerías. Aquí también notamos una fuerte corriente de aire. Otro dato importante que me tranquilizo bastante, al menos a mi que soy un friolero, es que la travesía no tiene corriente de aire salvo en este punto y la galería de la ciénaga, cosa muy de agradecer ya que no se pierde calor y no tuve frío en ningún momento con el neopreno de 5’’. El agua tampoco es especialmente fría. Jesús que llevaba un neopreno de 2’’ y otra prenda interior si paso un poco de frío. Seguimos avanzando y tras pasar otro lago, este a media cintura, encontramos la placa Vera que conmemora el fallecimiento del compañero espeleólogo José Manuel Vera Catral el 6 de diciembre de 1976 que en el transcurso de una exploración en punta fue engullido por la corriente al estar el sistema en crecida. Se le intento rescatar con una cuerda pero fue imposible por la fuerza del agua, según nos comenta Fofi, que posteriormente participo en las tareas de rescate del cuerpo. Nosotros encontramos el cauce completamente seco, pero se intuye la potencia en carga del agua por el pulimiento de las rocas. Atravesamos un par de lagos pequeños más, los de la botella I y II y entramos en la galería seca del aburrimiento que durante 1 km nos hace sudar un poco, hasta llegar al lago del pasamanos, que nosotros pasamos por el agua. El citado pasamanos de cuerda esta colgado unos metros por encima, pero como el nivel del agua no era muy elevado, los lagos han sido llevaderos. Este empalma con el lago 1.100 que hace referencia a la distancia que queda para la salida y de ahí poco más nos relajamos en la sala de las dunas, sala repleta de una rampa de arena donde tomamos otro refrigerio y descansamos un poco, ya que esta sala se encuentra a poco más de una hora de la salida. Una vez descansados y comidos y después de revisar en la sala las simas de las dunas nos dirigimos hacia una impresionante galería por su porte y altura que nada tiene que envidiar a las cántabras. Aquí realizamos alguna foto más en la estalagmita conocida como la giraldilla y después de algún resbalón sin consecuencias nos dirigimos a la gran pared, que como su nombre indica es una pared perfectamente labrada a modo de pizarra de unos 40 metros de altura, de ahí, encaramos una serie de marmitas desfondadas con un par de rápeles finales que nos sitúan en dos pozas permanentes y que nos obligan a mojarnos justo antes de la salida, cosa que agradecimos algunos,  ya que en el último tramo sudamos más que en la galería del aburrimiento al ser los obstáculos mayores. Estas pozas se pueden pasar sin mojarse pero no vimos el paso de las termópilas que nos comentaba Fofi, pero si las cuerdas finales que bajaban al final de las pozas. En cualquier caso, seguimos el curso del agua hasta la salida final por Gato, en un paraje espectacular y donde nos esperaban los compañeros de apoyo, que nos aplaudieron por el esfuerzo y a los que aprovecho para agradecer su logística y  cariño, ya que finalmente no pudimos despedirnos en el pueblo. Para un desarrollo de algo más de 4 kms. entramos a las 12 menos 10 y salimos a las 7,30 los primeros y poco más el resto, ya que Fofi que se había quitado el neopreno en la galería seca, al no dar con el paso de las cornisas tuvo que volver a ponérselo. Dicen que los mitos se forman mitad verdad, mitad idealización, yo debo decir que para mi esta travesía es mítica, y siento no haberla disfrutado plenamente por mis miedos, pero para aquellos que la vayáis a realizar, dejaros llevar y disfrutad.



lunes, 28 de julio de 2014

Sima de la Cierva


En esta ocasión nos hemos acercado a la Sima de la Cierva, en la zona de Villanueva de Alcorón. Los espeleos somos, Mar, Ana, José Emilio, Cache, Pascual y yo. Con esta visita y una próxima a Perdidos II, habremos completado todas las cavidades relevantes de la zona. Para comenzar como es debido la jornada, quedamos para dar cuenta de un suculento desayuno para atacar con garantías la mayor vertical de la zona (-153 m). Encaminamos a la boca, que no tiene mucha pérdida, ya que saliendo de la gasolinera abandonada de Villanueva de Alcorón, a eso de 1,8 km, sale el camino a la derecha que tras cruzar un arroyo seco por un puente de piedra, nos coloca en una pista empinada por la que seguiremos 3,1 kms. aproximadamente, para desviarnos a la izquierda en un cruce con un hito monolítico. Tomaremos la pista poco marcada que en principio discurre sus primeros metros paralela a la pista principal, para luego girar completamente hasta tomar dirección norte y en poco más de 500 metros nos sitúa en la misma boca de la sima (ED50 30T 0567284 4503485). Nos preparamos y el primero en bajar que es Pascual, lo hace a eso de las 12 am., al que le sigue José Emilio y media hora mas tarde empiezo a bajar yo, con la idea de que el siguiente que sea Cache que bajara en otra media hora y después el resto del grupo. La cabecera de la sima tiene un acceso muy cómodo, que nosotros valoramos no instalar en la sabina y empezar con el spit en roca, para acortar la primera cuerda. Del spit nos vamos a la cabecera que esta montada en parabolt (decir que toda la sima esta equipada con parabolt, pero hay que llevar al menos 6 u 8 chapas ya que algunos parabolt no tienen chapa y tuerca), de ahí, a unos 2 metros y en volado encontramos el primer fraccionamiento y el siguiente unos 25 metros más abajo. Este primer p40 nos deja en una base amplia donde la sima continúa por una inclinada y estrecha diaclasa descendente que se desfonda unos pocos metros, dejando a su derecha los dos pozos que no se bajan, el p17 que ni se ve, al quedar por encima de la bajante, y el p31 que se pasa por un pasamanos que encontramos ya instalado con cuerda fija. La diaclasa sigue bajando y se estrecha aun más, para desfondarse en el p30 por un paso muy estrecho donde montamos la cuerda en un parabolt previo a la cabecera,  para luego poder salir más cómodamente. Un poco antes se puede apreciar el bloque con el parabolt que se retiró por el peligro de caida. Desde la cabecera y a poco más de un metro hay otro fraccionamiento también en parabolt. Esa es la zona más complicada de la sima por su estrechez. Desde aquçi se baja unos 6 metros hasta la siguiente estrechez, que es algo más cómoda y luego de un tirón de 25m encontramos el ultimo fraccionamiento también instalado. Este pozo nos deja en una pequeña base que se sume en una gatera que ha sido ampliada a base de explosivos, haciéndola más cómoda y que tras atravesar un meandro que a mi más me parece gatera, se llega a una minisala que se sume a la izquierda hacia el p17 donde montaremos cuerda en el pasamanos que da paso a la cabecera situada a la derecha. En este punto se usó un dinema en el spit en pared izquierda para desviar la cuerda ya que la cabecera roza. En el siguiente fraccionamiento montamos una chapa nuestra que nos deja en la repisa desde donde se divisa unos metros más abajo el pasamanos y la cabecera del p52 oeste. Aquí la instalación requiere también de una chapa de ayuda  para la cabecera al parabolt. El pasamanos es cómodo, ya que tiene un resalte que te permite acercarte a la cabecera sin tener que pasar los tramos con peldaño. Desde esta y en dos tiradas más en las que también ponemos una chapa más, nos lleva hasta el fondo de la sima que aún se desfondará unos metros más por el fondo de la sala. El sitio es bastante incomodo y estrecho. Al final llegamos abajo después de 3,5 h Pascual, José Emilio y yo y viendo que el personal no nos alcanzaba empezamos a sospechar que algo había pasado, así que José Emilio subió a contactar con el resto. En esta ocasión Cache, después de bajar el primer pozo, se empezó a encontrar mal y devolver, por lo que las chicas le acompañaron fuera evitando males mayores. Una vez verificado que se encontraba más o menos bien volvieron a bajar. Una vez todos en el fondo de la sima, iniciamos el ascenso poco a poco, desinstalando Pascual y yo, hasta la salida final, que lo hicimos a las 8 pm. después de pasarlas canutas en el p30 por su estrechez, peor aún en la subida, ya que no juega la fuerza de la gravedad a nuestro favor, y con la saca llena de cuerda y mosquetas que hace bastante mas penoso el ascenso por los continuos enganchones. Una vez fuera, repusimos fuerzas tomando la merienda que llevabamos, disfrutando de un bonito atardecer y de una agradable compañía. De resaltar el desayuno con que nos obsequió Cache y que a partir de ahora va a ser mi máxima para cada cavidad, ya que me sentó de miedo y salí como nuevo.

martes, 8 de julio de 2014

Piscarciano-Vacas-Arenas

Este pasado sábado, por fin, hemos podido hacer una salida con los Cueveros, que entre unas cosas y otras, llevábamos desde febrero sin hacerlo. Un grupo de ellos (Felix, Jose Luis, Juanchi y su hermano José) habían salido el fin de semana a Cantabria y como objetivo para el sábado tenían el visitar el sistema de Piscarciano-Vacas-Arenas, al que finalmente nos hemos apuntado. Quedamos a las 11 en Soncillo y después de los saludos y ponernos un poco al día, tomamos camino de la Hoz de Arreba y a los 3,6 kms. paramos los coches al lado de la carretera. Aquí nos cambiamos y disponemos el material, que en este caso consistirá únicamente en una cuerda de 35 m y 8 chapas para franquear el P15 con pasamanos de aproximación. Desde este punto, atravesamos la puerta que está rota y tomamos el camino que desciende para luego remontar hacia unas casas aisladas. Pasaremos junto a la primera y al poco tomaremos el camino de la derecha que sube hacia otra abandonada. Seguiremos la vereda que nos va adentrando en la Hoya que se veía desde la carretera y que enseguida empezará a espesarse con todo tipo de vegetación, encontrando acebos. Bajaremos por una vereda aún más difusa, que sale a la derecha (la primera creo recordar) que nos dejará en el fondo de la hoya, donde se encuentra la boca de Vacas. Desde aquí tomaremos a la izquierda la vereda que continúa unos pocos metros hasta llegar a la boca de Piscarciano, que aunque de considerables proporciones, queda oculta por la maleza. No doy coordenadas porque no llevamos al final el gps. Si he leído de varios sitios que los correctos son los de Carlos Puch. Como no teníamos muy claro la cantidad de agua caída en las tormentas de la semana, revisamos la primera sala deprimida para constatar que al menos por aquí era practicable. Son las 11 am cuando entramos, siguiendo la amplia galería meandriforme , con barro entre 30 y 40 cms. durante toda esta zona y que caracteriza a esta cavidad. Vemos una cuerda a la izquierda que nos lleva a unas galerías superiores y que dejamos para la vuelta (osea, para otra vez) y continuamos atravesando un arco natural,  donde se aprecian gran profusión de formaciones fósiles en las paredes. Avanzando,  llegamos al primer paso sifonable, que encontramos con agua. Unos metros más allá atravesamos un lago pequeño por la izquierda donde ya nos mojamos hasta el arnés. Seguimos por la galería principal, que ahora desciende hasta otro lago que se sifona y que hace dudar a nuestro guía en funciones Juanchi, al no poder venir Adrian, que era el oficial. De vuelta, buscando el paso alternativo, damos con una cuerda  a la izquierda que nos remonta a una galería muy concrecionada de formaciones y que desciende por una cuerda de nudos a otro laguito, que si queremos continuar nos obligara a mojarnos hasta mas arriba de la cintura. Revisamos esta galería bellamente concrecionada, que conecta con la de abajo en un par de puntos y que parece no continuar, salvo por el lago. El personal no esta para remojarse, por lo que ni tan siquiera suben, así que los tres visitantes Mar, Juanchi y yo nos bajamos para continuar la sesión de fotos, ya que no vemos factible continuar. Juanchi nos asegura que una vez vadeado el lago esta el P15 que da acceso a la sala Alcoy.

Salimos a eso de las 4 y tomamos una barrita y poco más. Como es pronto nos dirigimos a Vacas y entramos con intención de salir por Arenas. La galería gira a izquierdas y divisamos una "cuerda" que permite destrepar una zona un poco expuesta. El camino continúa a derecha según nos asomamos a la ventana, si bien por la izquierda también parece que tiene algo de recorrido. Vamos destrepando grandes bloques de lo que parece un torrente, bajando algún tramo en oposición hasta finalmente desembocar en una amplia sala con una estalagmita aplanada en el centro, que da a su vez paso a una sala de mayores proporciones y que es bordeada por un pequeño cauce. Aquí el barro toma unas cualidades de deslizamiento preocupantes, que casi nos impide mantenernos de pie. Vamos bordeando por la derecha una sala acañonada hasta desembocar en Arenas, con su impresionante sala y colector y su boca alentejada. Espectacular, con sus estalagmitas que me dan por un lado un aire a la sala de los elfos de la Higuera, y por otro a la de los fantasmas de Coventosa. Ya sin luz para realizar buenas fotos, hacemos lo que podemos y retorno a cambiarnos. Son las 7 de la tarde.Tanto a la ida como a la vuelta no hemos dado con los temidos perros de la casa que atravesamos, si bien es cierto que hay gente viviendo ya que había ropa tendida que a la vuelta no estaba. Nos cambiamos poniendo al sol los barros que servirán de peeling a nuestros monos y tomamos un refrigerio para salir hacia Madrid algunos y otros para continuar con su finde de cuevas. Estupendo día de barroterapia con buenos amigos.

jueves, 3 de julio de 2014

Torca de los Morteros



Este fin de semana, hemos podido subir a Cantabria y visitar la Torca de los Morteros, que, aunque se encuentra en Burgos, se puede decir que esta justo en la frontera con Cantabria, ya que se encuentra a pocos metros por debajo del alto de la Sia, siendo la cara sur del valle de Soba.
 
La visita en esta ocasión, la hacemos, María, cuñada de Moreno, él mismo, Cache, Pascual y yo. 

Quedamos a las 9,30 en Bustablado, ya que otro grupo de los nuestros, con Mar, Ana, Ricardo y José Emilio, iban a realizar la travesía Tonio-Cañuela. Nosotros tomamos dirección al Portillo de la Sía y a pocos kilómetros del descenso del puerto, dejamos el coche para tomar un camino que sale a mano derecha según bajamos, concretametne en el pk 5,550 de la Bu 571 y próximo a una casa habitada que se sitúa a la izquierda de la carretera. Este camino cementado, va ascendiendo en dirección al farallón calizo que se ve un poco a la izquierda. A fecha de ayer, había un cartel de venta de la finca que lo bordea, de 20.000 metros con casa rehabilitada. Subimos por el camino del que a menos de 1 km sale otro a la derecha, este empedrado de grava gruesa que también abandonamos al poco. Voy a describir el camino correcto, ya que nos equivocamos, al llevar mal las coordenadas. Además, Moreno que era el guía, la hizo en las dos ocasiones anteriores con el entorno nevado, que desdibujaba bastante el reconocimiento. Por el camino de grava, tomamos una vereda que sale a la derecha y que se confunde con un pequeño arroyo, y que toma dirección a la torreta de la luz, por la que pasaremos al lado. Desde la torreta iremos bordeando el bosque de hayas que quedará a la izquierda, atravesando algunos pequeños tramos de este y siempre en dirección al farallón rocoso. Al llegar a el, veremos una gran hendidura que dejaremos a la izquierda. En este punto, en vez de continuar bordeando el farallón, atajaremos bosque a través, ascendiendo por una empinada rampa que lo atraviesa y que nos deja nuevamente en una zona más clara donde seguiremos dejando los árboles a la izquierda. Aquí la vereda parece más clara y nos llevará a la boca de la sima que se sitúa en un claro no muy grande (Datum WGS84  30T 0451585 4777409  alt. 1288 m

Moreno procede a instalar el pasamanos de aproximación a la cabecera del P25 negro como la boca del lobo, no sin cierta dificultad al encontrarse esta bastante alejada. Bajamos del tirón y vamos avanzando por una gran galería del primer piso siguiendo los hitos en dirección oeste, llegando a un gran derrumbe. Se destrepa una bajada un poco resbaladiza y a la izquierda abajo encontramos un meandro que irá bajando, donde según topo encontramos la primera R4 que nosotros instalamos ya que es más pozo que rampa. Dejamos a la derecha una gran galería que Moreno nos comenta lleva hacia el pozo amable. Siguiendo por el meandro, un poco mas allá hay un paso también que asusta un poco y en el que pusimos una pequeña cuerda quitamiedos pero que se demostró innecesaria. A medida que progresamos por el meandro que se va desfondando, el frío empieza a hacer su aparición ya que hay corriente de aire. El siguiente obstáculo es un P8 y un poco más allá el p10 volado que nos dejará en el segundo piso. Aquí la temperatura cambia por completo.

Nosotros tomaremos dirección N-NE por una amplia galería que a mitad de recorrido tiene unos catadióptricos que te indican el paso que hay a la derecha bajando para la conexión con Inmunía. Se encuentra a pocos metros de una gran ventana que no hay que bajar ya que se hace por el referido paso.  Seguiremos recto hasta que la galería se precipita a un gran pozo, según Moreno, de 120. Tiene spits instalados para hacer un pasamanos, pero nosotros volvemos sobre nuestros pasos para seguir por la conexión a Inmunía. Revisaremos primero la vía principal que acaba nuevamente en otro pozo, aunque es más cañón que pozo que rebautizaremos con el nombre del pozo de cocodrilo ya que Cache se arrimo a rastras y apretando los dientes.

Sin tenerlo claro, damos media vuelta y continuamos por el camino de la conexión, que sigue bajando a mano derecha y entra en una galería zigzagueante que termina en una pronunciada rampa que tiene un spit arriba a la derecha, donde ponemos una cuerda. Una vez abajo y hacia la derecha atravesamos un arco de piedra natural que nos lleva a un escarpe de 4 metros que hay que subir con un paso de hombros y donde More se aclara diciendo que por allí va la travesía pero no nosotros. Damos la vuelta y volvemos al paso del cocodrilo, donde después de revisar el equipo, constatamos que no tenemos ya mosquetones para acometer el P30 que te deja en una cuerda para subir un P11 y de ahí acceder a el pozo-meandro en espiral para llegar a la rampa que da acceso a la sala Alberto que es nuestro objetivo. Aunque la ficha técnica es bastante sencilla todos los pequeños pozos tienen largos pasamanos que consumen mucho material. Tomamos debida nota ya que esta travesía y visita a la sala Alberto volveremos a realizarla y empezamos a salir. Al final entre idas y venidas, perdidas y no perdidas, estamos fuera a las 8 de la tarde. Nos cambiamos y tomamos un refrigerio (unos filetes de cerdo con una tartera llena de pimientos fritos cortesía de Cache) y Moreno y María partían para sus respectivas casas y nosotros volvimos a ver si el equipo de Tonio había salido, para cenar todos juntos en Bustablado.

domingo, 15 de junio de 2014

Sima Orna

Este pasado sábado, 15 de junio de 2014, y para ir completando las simas de la zona de Villanueva de Alcorón,  nos hemos ido a visitar la Sima Orna. De esta zona nos queda ver la Sima de la Cierva y habremos completado las visitas más importantes. Los espeleos, esta vez somos, Mar, Ana, Pascual y yo, y nos acompaña como siempre Felix, que se dará una vuelta por la zona. Aunque hayamos cambiado de club, las constumbres permanecen, y después del consabido café en el bar de la Pilarica, nos dirigimos hacia la sima. Esta vez tomaremos el camino que nos enseñó José Emilio, en la anterior visita a Bustal III y Boca Quemada. A 1,7 Kms, aproximadamente del bar saliendo por la CM2115, encontramos un camino que sale a la derecha, por el que atravesaremos por un puente de piedra un barranco seco y que  enseguida, toma altura subiendo por una empinada cuesta. Por el continuaremos 4,3 kms, para desviarnos a la izquierda por una pista menos marcada, por la que continuaremos 800 metros a lo que será la intersección de otro camino muy poco marcado que nos llevará a la izquierda a las simas de Bustal III y Boca Quemada y a la derecha, 50 metros más arriba a la sima Orna.

Después de los preparativos, al final como decía de las constumbres, es la 1 del mediodía cuando empezamos a instalar Pascual y yo. La sima es una vertical de  -130, con varias repisas formadas por bloques empotrados. Los dos pozos están formados por una gran diaclasa, siendo su primer tramo un p34 de forma más lenticular y estrecha, que termina en una pequeña sala con el suelo parcialmente colmatado por bloques empotrados y barro en forma de embudo que da paso al p100. Visualmente la sima a mi me pareció un único pozo con esta rampa embudo. Este zona, al igual que las 3 repisas posteriores, tiene riesgo de tirar piedras y aunque las chinas aparentemente son pequeñas hay que ir con extrema precaución, ya que al instalar la cabecera del p100, que se sitúa un poco por debajo del embudo, Pascual piso en la pared derecha, desprendiéndose el barro y una piedra de unos 5 kilos de forma inesperada. La sala tiene a una altura de unos 3 ó 4 metros una instalación de spits, para evitar el embudo, donde localizamos claramente el primero, trepando por una pequeña colada. Se visualiza con facilidad al estar marcado con un círculo amarillo. Nosotros no lo instalamos, ya que no vimos con claridad los siguientes, utilizamos la vía del embudo, donde se ven claramente los parabolt de cabecera del mismo, así como el parabolt con cadena que hace las veces de desviador en el propio embudo y que da paso a la cabecera real de p100 con doble parabolt un poco más abajo. 

De -68 a -96,  bajamos con una cuerda justa y el spit que referencia la topo de Isidoro y que reproduce el clubViana, estaba inservible, por lo que no pudimos llegar a la cabecera siguiente, 4 metros más abajo.  Se hizo un nudo de empalme cómodo con apoyo en la repisa de -96 y se continuó con la instalación sin mas inconvenientes hasta la siguiente y última repisa,  siendo el último p20 el pozo más bello en concreciones, dandose un aire al de la sc21, pero sin llegar a ser tan bello.

Si bien la bajada se va desplazando por la diaclasa de forma escalonada debido a las repisas de bloques, las piedras también siguen esa trayectoria, observando en las paredes los impactos de las mismas y encontrando en la base de los pozos finales la piedra supuestamente tirada por nosotros y otras con marcas recientes de golpes y rebotes. Es aconsejable bajar y subir de dos en dos, esperando en las repisas, que te permiten alejarte un poco de la vertical de la cuerda. Ojo con la 2 repisa, la de -96 que no tiene spit para anclarse y la cuerda se aleja de la misma. Hay que enganchar la cuerda para recuperarla.

Salimos sin incidentes, a eso de las 6 pm y dimos cuenta de la jugada con un bocata y el ya clásico atún con tomate y picadillo de Pascual. Tomamos unas coca-colas en el bar y vuelta para casa.

Día estupendo, en buena compañía y haciendo lo que nos gusta. Que más se puede pedir.

domingo, 18 de mayo de 2014

Sima Diana


Sima Diana



Hoy sábado 17 de mayo, y como salida del Grupo Silex, con la intención de que los nuevos hiciesen alguna sima más y el miembro más honorífico, se animara a retomar los trastos, se decide visitar una sima no muy exigente, Sima Diana (-68), que se encuentra en la zona de la Sima de la Raja y Manuel Mozo.

Para ello y como es habitual, quedamos a las 11 en el bar de Villanueva de Alcorón con el grupo de San Fernando. Al final, los nuevos no vienen y el grupo lo formamos Félix, More, Pascual, Mar y yo. Nos encontramos en la tienda donde compramos el pan y nos tomamos el café de rigor emprendiendo, ya bastante tarde la salida hacia la sima.

Siguiendo las indicaciones, para variar, nos equivocamos en el desvío y cuando ya nos dimos cuenta, decidimos continuar para ver si el camino que llevábamos nos aproximaba, todos a excepción de Mar, que como luego se demostró, tenía razón. Acabamos en la boca de la Raja, a unos 300 metros de Diana. Como somos unos vagos, deshicimos el camino y salimos nuevamente a la carretera (CM-2101 y a la altura del Pk 4,2 parte una pista en buen estado, que nos queda a la derecha viniendo desde Villanueva de Alcorón. Tras recorrer 1km exacto por la pista, se abre a la derecha una bifurcación en la que se pueden dejar los coches. Nosotros continuamos por una pista poco marcada que sale un poco hacia la derecha y continuando por ella unos 350 metros llegamos a la boca (Datum WGS 84) 30T 0569468 4503512 Altura 1328m. La sima tiene dos entradas, pero la que se instala es reconocible por los spits en la roca cabecera. Se ancla en natural (pino) y un seguro y reaseguro cómodo nos permite bajar el primer p4, que nos deja en una rampa sin piedras pero resbaladiza. Se fracciona en alto a unos 6 metros en la pared de la izquierda, que nos permite seguir bajando por la rampa hasta la cabecera del p14 con seguro y reaseguro se baja el pozo. Toda esta zona es fósil y bastante sucia por el arrastre de la tierra de la rampa. La base de el pozo es un meandro de medio metro de anchura y que nosotros tomamos hacia la derecha según bajamos, descendiendo la medio rampa de escombros. Hacia el otro sentido, según la descripción del Viana, el meandro continúa unos 40 metros hasta hacerse impenetrable. Una vez descendido la pequeña rampa, una sucesión de bloques en escalón nos lleva la p26. El escalonamiento obliga a sucesivos fraccionamientos y en el último que se sitúa a unos 8 metros del suelo de la sala final, el spit esta suelto. También hay un espárrago de parabolt para el que no llevamos chapa ni tuerca, por lo que hay que volver a subir a la cabecera del pozo (realmente es una sala que continúa ascendentemente por la derecha y que por la izquierda se abre en el pozo)y subiendo por un paso un pelín expuesto nos lleva a una galería curiosa del tipo del Níspero donde hacemos unas cuantas fotos. Esta galería se sume en un pozo muy bellamente concrecionado que se divide en dos tramos de unos 10 y 13 metros. Realmente son dos pozos, el primero te deja en una salita de suelo lleno de gours de unos 4 metros que da acceso al segundo pozo también bellamente concrecionado de una cascada muy bonita. Este segundo tramo (p13) lo instalamos con un spit y un natural en roca para tomar la vertical. Tiene un fraccionamiento más y después de unos metros, nos deja en el fondo de la sala que se va agrandando hacia el centro, según vamos progresando, hasta tomar unas curiosas proporciones teniendo en cuenta la zona.

En la gran sala, intentamos buscar la gatera, que nos lleva al p7, que da acceso a otra sala donde se encuentra la cota más baja, pero después de mucho hozar por distintas gateras, no damos con ella y decidimos hacer alguna foto y darnos la vuelta.

Comentar que la visita bien vale la pena por el pozo paralelo. Nosotros, como nos lo tomamos todo con una calma espectacular, en esta ocasión, entramos a eso de las 2,30 y salimos a las 7,30. La instalación la realizó Moreno y la desinstalación la hice yo.

Una vez cumplida la misión, dimos cuenta de una tartera de atún natural con pisto que traía Pascual y que estaba de muerte y del resto de fiambres y bebidas al uso, y como era un poco pronto, nos fuimos a localizar la boca de la Sima de los Perdidos I y II que localizamos sin mucha dificultad y que sera la próxima actividad con toda seguridad.

Paramos en Villanueva para una coca-cola evita corzos ( En esta ocasión, como en la anterior visita al Bustal III y Bocaquemada, nos saltaron a la carretera) y vuelta. Al final las 10 y vuelta a Madrid

Sima Bustal III y Sima Boca Quemada

Este pasado sábado 10 de mayo, aprovechamos para hacer una salida expres a Valsalobre. En este caso el equipo lo formamos un reducido número del Silex, y como cometido teníamos realizar una buena vertical para ver como vamos de fondo. Al final la sima elegida fue la Bustal III. Quedamos como siempre en Villanueva de Alcorón a las 10, donde nos reunimos todos y tomamos café. Salimos en dirección al refugio de la zapatilla, pero esta vez, a  1,7 Kms del bar, nos desviamos por una pista que sale a la derecha antes de una pronunciada curva. Seguimos la pista ascendente unos 4,250 kms y en la última taina, giramos a la izquierda. Seguiremos recto hasta ver dos hitos de rocas a ambos lados de la pista, el de la izquierda nos lleva a la Bustal III y Boca Quemada y el de la derecha a Sima Orna.

Tomamos el de la derecha y en unos cien metros o algo mas nos encontramos en  la boca de la primera sima. La instala José Emilio, y le sigue Pascual, Ana, Mar y yo. La sima se parece un poco a la Manuel Mozo, teniendo una rampa contra pared para bajar a una pequeña galería de unos 10 m que termina sumiendose en el p60. Esta sima se encuentra instalada en químico, y el pozo en doble para poder instalar dos cabeceras en Y para agilizar grupos grandes. Se baja del tirón los 60 metros contra pared, que nosotros esperábamos fuese más volada. La base del pozo es reducida y tiene una minipozo agaterado de 3 m que no bajamos donde se adquiere la mayor profundidad de la cavidad (-63). Así que a la vuelta, y como no había nada más que hacer tomamos tiempos de subida para tener referencias. El resultado, pues como todo en la vida, de todo, lo importante, que nos lo pasamos fenomenal.

Como esta sima nos llevo poco más de dos horas, tomamos un bocata reconstituyente y nos acercamos a Boca Quemada que esta a pocos metros y como no llevábamos más que dos cuerdas, una de 30 y otra de 75, se instaló hasta una pequeña repisa a falta de 15 metros del final. Descendimos por el primer pozo hasta -30 desde donde a través de un péndulo accedimos al pozo paralelo (p95) y desde esta repisa del tirón contra pared.

Salimos sobre las 9 pm y después de tomarnos la coca-cola retorno a Madrid. En el regreso José Emilio y Ana tuvieron un encuentro inesperado con un ciervo que por poco no les cuesta un accidente serio. Pasado el susto retomamos el camino de vuelta con mil ojos.

Un día excelente en buena compañía y disfrutando de nuestro deporte favorito, que más se puede pedir

sábado, 19 de abril de 2014

Sima Z3

Hoy, día de viernes santo, hemos visitado la sima Z3, ya que se daba la circunstancia de ser pocos, y esta sima tiene cierto riesgo de caída de piedras en la zona de la rampa. Por más que se limpie, cuando llueve siempre deja piedras sueltas con gran riego de caída por más cuidado que pongas, como al final se ha demostrado, al darle una en la espalda a Pascual.

Está situada en Valsalobre, Cuenca, y cuyo centro de población más cercano es Villanueva de Alcorón, desde donde tras tomar unos cafés en un nuevo bar que esta cerca de la cabina de teléfonos, ya que sorprendentemente el bar de la Pilarica estaba cerrado y eso que eran las 10 de la mañana, nos dirigimos en dirección a Peñalen. Su boca se abre en el paraje de La Serrezuela.
En el pk 10,900 de la carretera CM-2101 (Villanueva de Alcorón – Peñalén) tomamos una pista forestal en buen estado y la continuamos durante 1,400 km punto en el que tomaremos un cruce a la derecha. Desde este cruce de pistas continuamos 2,100 km para coger un nuevo cruce a la derecha (la referencia es pasado  un pino en Y). Desde este último cruce continuamos recto 900 m más y llegaremos al Refugio de la Torreta. Hasta aquí la pista es óptima y apta para todo tipo de vehículos, durante todo el año.
Desde el Refugio de la torreta, la pista empezará a tener problemas en época de lluvias, 1,100 km más delante de la Torreta nos encontraremos con un cruce a la izquierda que habremos de tomar y que nos llevará, 800 metros más adelante, a la Sima Juan Herranz I. Los 800 últimos metros son los peores en caso de lluvias. Desde la Juana I continuamos 170 m hacia adelante siguiendo el sentido que traíamos desde la Torreta (suroeste) donde veremos el cartel indicativo de la Juan Herranz II a la izquierda, poco más adelante la pista se bifurca en dos y nosotros tomaremos el camino de la derecha  unos 370 m. más, hasta encontrarnos un nuevo desvío no muy marcado a la derecha que también tendremos que coger. Unos 80 m. tras este último cruce y en el fondo de una dolina a nuestra derecha está la boca de la sima. Las coordenadas UTM, Datum (WGS84) 30T 0571794 4499558.
Se ancla en natural (pino) accediendo por el lateral derecho donde se encuentra el primer fraccionamineto que no pusimos, resolviendo con un quitaroces. De ahí se va en travesía a una cabecera en Y a unos 4m para abordar el primer P21.

Se descienden unos 10 o 12 m para fraccionar nuevamente en una cabecera en Y, que nos aleja un poco de la famosa rampa, separándonos hacia la derecha. Unos metros más abajo, y por el pozo central (ya que veremos pozo a izquierda y pozo a derecha) que coincide con la continuación final de la rampa, se sitúa la cabecera nuevamente en Y del P31, que se baja del tirón. Nos deja en la base , que comunica con lo que debe ser la base del pozo paralelo de la izquierda y que nos sirve para quitarnos de la vertical. Aquí nos reunimos para pasar la siguiente saca. Para los pozos anteriores, hemos utilizado dos cuerdas de 45, siendo necesarias una de 35 y una de 40. Para el pozo final usaremos una de 55. Desde la base del pozo que acabamos de descender,  se sube un escarpe de unos 3 metros, donde finalmente ponemos una chapa, más que para transitar por esta zona, para acceder con mayor seguirdad al primer fraccionamiento long-life del P44 un poco expuesto para montar el stop. Al metro y medio se situa la cabecera en Y del P44. Ojo que solo esta instalado en long-life el lado izquierdo, teniento que poner una chapa para el derecho. Desde ahí, a unos 9 metros fraccionamos también en long-life y de ahi hasta abajo en volado unos 37 metros. El pozo se va ensanchado después de este fraccionamiento y merece la pena verlo. La sima continua por una gatera sumidero que al poco se llena de agua, al menos cuando lo visitamos nosotros.

En esta ocasión hemos tardado dos horas para bajar y hora y tres cuartos para subir, con lo que nos permite comer a nuestra hora al sol con una temperatura estupenda. Cafelito en Villanueva y para casa programando la siguiente visita.

viernes, 18 de abril de 2014

Sistema Gandara - Colector

Después de un parón de un par de meses por motivos de salud de poca importancia, pero que si me han obligado a mantener reposo, retomo con más ganas si cabe, mis relatos y visitas, a las cavidades de mis amores. En este caso, los espeleos eramos Mar, Rebe, Ana, José Emilio y yo, y algunos hemos aprovechado para ver como andábamos después de nuestra convalecencia. Hemos realizado la travesía de Crucero-Calaca con Kymbra, nuestra perrita cuevera, Fresca hasta la sala Rabelais y por último Gándara hasta casi llegar al colector.

Sobre esta actividad comentaré un poco la visita. Rebeca se queda por tener problemas en un aductor y además a Kymbra le da un poco de miedo eso de tanta obscuridad y luces (sobre todo las luces esas que llevamos de 1300 lumenes). Accedemos al sistema por la entrada artificial y después de descender la gran rampa/pedrera nos encontramos en el pasamanos del pozo del oso. Desde su inicio montaremos la cuerda que nos lleva seguros a la cabecera que se sitúa a escasos 30 cms de la cornisa. Comentar que han instalado un cable de acero como pasamanos, además de dos cuerdas que ya estaban. Cabecera en Y y 25 metros aprox. hasta la repisita por donde transitamos hacia la derecha (mirando pared de descenso), para montar otra cabecera en Y en pared contraria en estrechamiento. Desde ahí unos metros más abajo, hay otro fraccionamiento, e igualmente unos pocos metros más abajo y en pared contraria nueva cabecera en Y que baja prácticamente en volado hasta la base del pozo. El pozo en total tiene 49 metros.

Desde la base ya escuchamos el rumor del agua al precipitarse por una cascada. Bajaremos por la sala y tomaremos hacia la izquierda entrando en una sala de buenas dimensiones donde se precipita el agua por una cascada de unos 5 m a la izquierda. Tomaremos por la derecha de la sala e iremos bajando para seguir por una galería amplia con el suelo arenoso que llegará a una zona en la que se bifurcará en dos caminos (Galerías de los Tentáculos) que llevan al mismo sitio. Nosotros optamos por la galería que continua por la izquierda y que es particular ya que tiene una gran cantidad de pequeñas lascas desprendidas del techo, siendo su apariencia esquistosa y muy frágil, observando desprendimientos recientes. La galería se encuentra cubierta por una fina capa de polvo. Esta galería desemboca en una sala que también tiene unas dimensiones considerables y que también acometeremos por la izquierda. Aquí encontraremos formaciones de considerable belleza. Siguiendo por la izquierda al fondo de la sala que se lamina, acaba en una gatera descendente de buenas dimensiones y con gran corriente de aire por donde iremos bajando en oposición para luego arrastrarnos hasta atravesar un paso estrecho de pecho que al poco se abre en la sala de los Menhires, que recibe su nombre por los bloques perfectamente cuadrangulares que se encuentran en varias posiciones a lo largo de la sala descendente. Bajamos y poco antes del final de la sala que se acaba sumiendo, encontraremos a mano derecha un paso ascendente por el que trepamos ganando nuevamente altura y donde giraremos nuevamente a la derecha hacia una zona concrecionada. Por esta zona hay que transitar con mucho cuidado dado lo resbaladizo de las coladas que se desfondan en una grieta peligrosa. Avanzamos por la izquierda pegados a las formaciones cada vez mas bellas y llegamos a una gran sala de bloques. Desde esta sala y hacia la mitad se desciende por la derecha hacia el colector que se encuentra a menos de 200 m pero que decidimos acometer para la siguiente visita ya que por un lado, el transito se complica y por otro, nuestra hora va ya sobrepasada y tenemos que volver a Madrid. Hemos invertido 3,5 horas en llegar (fotos incluidas) e iniciamos la salida que cumplieremos en 2,5 h a una marcha tranquila. Las galerías visitadas merecen la pena, y si bien no tienen las dimensiones de la sala del Ángel, merece la pena su visita.

Recuperamos a Rebe y Kymbra que ya nos llevan esperando 1,5 h y después de cambiarnos salimos pitando para tomar un pincho rápido en Sotopalacios y para casa después de un estupendo finde.


Advertir que en el "aparcamiento" de la Gandara, encontramos varios grupos de cristales de coche que nos hacen suponer que han robado, no uno sino varios vehículos. Ojo con ese tema

lunes, 3 de febrero de 2014

Sima del Manzano



Este pasado sábado 18 de enero, realizamos una visita de la mano de algunos miembros del grupo de espeleo Alto Duero. A las 10 am habíamos quedado en Abejar, (El desvío se toma a la altura de la SO 122 Km 185, donde cogimos la SO 910 y km 7,100). Quedamos a las 7:45 en  la gasolinera de San Agustín con Ana y con Jesús y en casa con Pascual. El equipo final lo formábamos Mar, Rebe, Ana, Pascual, Jesús y yo. Por parte de los sorianos, Jose Emilio, Carlos y su padre, fueron quienes nos acompañaron. Quedamos a las 10 en el bar Fuentefria de Abejar, que esta según se llega por la  SO 910.  Llegamos bastantes más tarde, ya que paramos en San Esteban a recoger a Juanchi, que si bien no tardo demasiado, ya acumulamos los retrasos. Nos recibieron con unos lazos dulces tipicos. De ahí volvimos sobre nuestros pasos por la SO 910  en dirección a Soria/Burgo y poco antes del km 7, ya que se ve la señal, nos desviamos a la derecha por una marcada pista que seguimos hasta la boca de la sc21, donde tomamos referencias con el gps y continuamos la pista. Esta despues de 2,5 kms. aprox se desvia a la derecha y sube una pequeña colina. A escasos 50 metros se encuentra la boca. No tome coordenadas de la cavidad. No tiene mucha pérdida ya que en el único cruce que hay de pistas continuaremos por la que traemos pegada al farallón rocoso.

A mitad del camino aprox. el coche de Ana, un mini country man se quedó y ni la conducción experta de Rebe pudo sacarlo. Al final tuvimos que montar las eslingas y remolcarle fuera de la zona rodada. El camino finalmente quedo poco transitable después de las idas y venidas.

La sima la instalan Carlos y su padre. Bajamos como unos 50 m. aprox. anclando en natural, como unos 5 o 6 fraccionamientos y con un pozo volado de unos 15 m. aprox. que te deja en una sala amplia campaniforme y de la que subiendo por una zona agaterada se llega a una sala final, con una bonita formación en colada, donde realizamos algunas fotos. La cavidad tiene tres incógnitas pero sin demasiado interés. Los primeros en salir fueron los sorianos que se fueron a instalar la sc21. Yo salí de los primeros para poder ir llevando al personal hacia la sc21. Después de un par de viajes conseguimos concentrarnos todos a la boca de la sc21. Los primeros no pudieron bajar yo que estaban subiendo los instaladores. Al final y dada la hora, la mayoría lo dejamos para mejor ocasión, bajando Rebe y Pascual a desinstalarla. Entretanto visitamo la pequeña boca de la sc22 para la próxima visita. Un grupo partió hacia un refugio cercano para encender el fuego y merendar alli y nos quedamos Carlos, Mar y yo esperando a los que habían bajado. Empezó a nevar de lo lindo y ya cuando nos retirabamos todos tuvimos nuestras perdidas debido principalmente a la obscuridad y copiosidad de la nevada. Entre tanto y por miedo a quedar otra vez atascados, los compañeros finalmente decidiron esperarnos en el bareto de la mañana, donde Ana pidió permiso para poder comer allí y así lo hicimos poniendonos tibios de torreznos y chorizo, amén de tres estupendas tortillas. Final apoteosico y calentito y agradeciendo infinito a los compañeros por su cortesia, esperando volver a vernos.