sábado, 15 de junio de 2013

Surgencia del Becerro



Este pasado martes, 4 de junio de 2013 y como actividad programada por un compañero cuevero, José María “Casanova”  hemos visitado el barranco de la Hoz Somera en Cuenca, y de paso nos hemos acercado y visitado la cueva del Becerro

 Desde la carretera CM- 210 se toma en el pk 34 (a 1.7 km después del túnel en dirección a Cañizares), una pista a la izquierda, que siguiendo paralela al curso del arroyo de la Vega y el del río Guadiela, se dirige hacia la pequeña localidad de Santa Cristina, que se ubica a la salida de la Hoz de Tragavivos, próxima a la central eléctrica. Tras 13.5 km de pista se llega a Sta. Cristina. A la salida del núcleo de casas se toma un carril que sale a la izquierda, que tras cruzar el arroyo, lleva 600 m más adelante al punto donde parte una pista oblicua a la derecha. Este carril, que toma dirección norte y va paralelo al arroyo de la Hocecilla par su margen derecha, acaba 800 m más adelante en una zona de descampado con colmenas. Aquí se abandona el coche y se continúa a pie por un sendero entre un campo de labor y el arroyo, por espacio de unos 200 m. La cueva se abre al pie de un cantil que presenta un gran extraplomo, a unos 15 m por encima del cauce principal del arroyo. Una barranquera rodeada de matorral desciende desde la boca de la cueva. Esta es la descripción de Isidoro, nosotros con las indicaciones de un paisano, a la salida del pueblo y ya en las ultimas fincas, cruzamos el arroyo de la hocecilla y seguimos un sendero que discurre paralelo al arroyo hasta llegar a un puente. Cruzado este un poco mas adelante e izquierda en el farallón calizo se abre la considerable boca de la cueva del Becerro. Aunque no se ha comprobado mediante coloración, se cree que El Sumidero o Sima del Campo (El Pozuelo) y la Cueva del Becerro están hidrológicamente relacionadas, formando parte de un importante sistema kárstico que actuaría como colector /drenaje de esta amplia zona.

Progresamos sin dificultad hasta el sifón C. Romero. La cavidad nos es muy parecida a la cueva del níspero pero con una sección un poco más pequeña una vez que se atraviesan las primeras salas. Rocas cortantes y ennegrecidas, arena que no había sido pisada aún, pequeños pozuelos llenos de agua. Vadeamos la bóveda sifonante sin problemas ya que el agua llega a la cintura y ascendemos una rampa que nos lleva a un paso un poco más estrecho con una pequeña badina. Desde aquí la galería empieza a bajar en rampa hasta llegar al sifón que se encuentra completamente inundado ya que el cordino guía esta atado en su inicio a la altura del agua.

Desandamos el camino haciendo algunas fotos y para fuera. El recorrido no pasa de los 120 metros pero es interesante ya que es una surgencia completamente activa como lo demuestran los rastros de arena que cubren zonas del suelo. Fresquitos y limpitos regresamos por unos parajes pintados por una primavera explosiva y que hacen de la vuelta un agradable paseo, cosa inusual en esta actividad.

Nos cambiamos en las casucas del pueblo y bajamos a merendar a orillas del río, junto a la central eléctrica. Retorno para Madrid después de un día completo y muy agradable.

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