martes, 5 de abril de 2016

Sima del Tio Seis Dedos & Sima del Bancal de la Nevera

Este pasado sábado dos de abril nos hemos ido a visitar la zona de La Muela de la Madera hacia Tragacete, en Cuenca. En alguna otra ocasión ya hemos venido a bajar el Sótano de los Lamentos. En esta, los objetivos son, la Sima del Tío Seis Dedos y el Bancal de la Nevera y para ello madrugamos un poco más de lo habitual y a las 8 a.m., después de tomarnos un café en la churrería, salimos desde San Fernando de Henares en dirección a Cuenca. Los espeleos somos en esta ocasión Mar, Pascual y yo. La ventaja de los grupos reducidos es que el tiempo no se va tanto. Llegamos prácticamente a Cuenca por la autovía A40 y a unos pocos kilómetros antes, nos desviamos en el puente en dirección a la ciudad encantada, a mano izquierda, por la CM2110. Esta carretera muere en la CM2105 por la que continuamos hasta Uña. Paramos para tomar otro café y abordar el último tramo de viaje y continuamos por la misma carretera en dirección a Tragacete, subiendo el impresionante farallón calizo, hasta el pk 43 donde nos desviaremos a la izquierda por una carretera que se adentra en La Muela. Seguimos unos 6 kms hasta un desvío indicado claramente, que separa la dirección de las Majadas a la izquierda y el Refugio de la Alconera recto. Nosotros continuaremos por la principal y como a unos 3,5 kms encontraremos el refugio de la Alconera. Nosotros, visitaremos primero la sima del Tío Seis Dedos, por lo que continuamos por la pista otros 3,5 kms y subiendo tras un par de curvas pronunciadas, nos encontramos con la sima a mano izquierda (Datum WGS84 30 T 595288 4466197 – Datos obtenidos del Club Viana, que están clavados).
Dejamos la furgoneta lo mejor que pudimos en una de las curvas, y bajamos a la dolina. Ya se percibe que en época de lluvias, la sima se puede convertir en un embudo importante.  Instala Pascual y tras localizar los dos parabolt en una roca alejada, nos lleva a un pino que nos acerca a la cabecera. Bajamos el primer pozo que nos deja en una rampa poco pronunciada que termina en un pasamanos sobre estalagmitas, hasta buscar la vertical del p50. La cabecera se encuentra en el techo, pero no reviste complejidad al poder apoyar ambas piernas a los dos lados de las paredes para fraccionar.
Bajamos sin usar los dos primeros fraccionamientos, que son opcionales y que deberíamos de haber instalado, ya que en cuanto bajamos los 10 primeros metros, empezó a caernos agua y según descendíamos el chorro iba aumentando. Un par de fraccionamientos más, el último en pared contraria (no recuerdo bien) y aquí ya el chorro y el goteo del pozo es total. Debe de ser así prácticamente todo el tiempo, ya que los palos que hay en el fondo del pozo se ven ya concrecionados. Empezamos a subir a toda prisa y de ahí que mejor hubiese sido no esperar tanto en el p50 para entrar en calor. Salimos empapados, y especialmente el que suscribe que se ocupó de la desinstalación. Nosotros usamos 14 mosquetones, una cinta para el pino y tres cuerdas, ya que no se ajustaban a las medidas requeridas. 2 de 50 y 1 de 45 uniendo en el penúltimo fraccionamiento. La ficha técnica la tenéis en el Viana.

Nos cambiamos al sol y nos fuimos a comer algo al refugio. Tendimos la ropa y gracias al esplendido día, nos pudimos secar y disfrutar de la naturaleza. Bocata de bonito en escabeche con pimientos del piquillo, en pijama, al sol y con buena compañía. Después de comer valoramos el camino al Bancal y subimos andando un tramo ya que no llevábamos mi todo terreno. Andamos unos 200 metros por el arroyo que hace de camino y finalmente Pascual dijo que palante. Subimos los 2,5 kms que marcaba el gps encogidos por no partir el carter siguiendo el p arroyo. Trepamos peñas y dimos con la nieve y a escasos 200 metros dejamos la furgo en un alto y ascendimos por las peñas hasta el Bancal. Había aún restos de nieve por lo que deducimos claramente que el nombre era bastante apropiado y temiéndonos lo peor nos fuimos a la boca. (Datum WGS84 30 T 0597015 4464806 – Datos Viana clavados).
El Bancal es un pozo de 69 metros que tiene una belleza particular. Desde su base se ve la luz del día. Nosotros bajamos con 2 cuerdas, una de 54 y otra de 46 y la cuerda llego justa faltando medio metro para tocar el suelo de la rampa y 11 mosquetones. Se ancla a un árbol para en pasamanos coger la vertical del pozaco. El primer largo,  hay que desviarlo en pared contraria y desciende hasta una especie de repisa reguero desde donde baja hasta una verdadera repisa con pasamanos donde nos mojamos un poco, pero nada que ver con la anterior sima. Desde la repisa, ya a pocos metros relativamente, bajamos a la base de la larga rampa llena de troncos y piedras sueltas, que hace divertido el descenso hasta que la cavidad gira a la izquierda hacia una chimenea que no llegamos a subir. Desinstalo yo también esta sima y vuelta. Salimos de día, cosa que agradecimos, y durante el regreso vimos más ciervos que en todas las salidas juntas. Esta zona es una reserva impresionante. Sin exagerar, las manadas se sucedían ya en prados ya en el interior de bosque. Impresionante. Vuelta sin parada ya que en lo alto del Bancal sonó el teléfono y tuvimos que volver sin parar, ya que Pascual tenía que relevar a su mujer que tenía que salir a trabajar, con lo que nos espabilamos y a las 10 y poco estábamos ya en San Fernando.  La verdad es que se nos dio de miedo y rompimos por fin con el horario Talpa, consiguiendo el objetivo y sobrándonos un poco de tiempo para la comida. Espectacular día que disfrutamos juntos en plena naturaleza, haciendo lo que nos gusta.

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