viernes, 15 de febrero de 2013

Cueva del Agua - Sorbas - Almería

Pocos sitios son para mi tan impresionantes, como el karts de yesos de Sorbas. En primer lugar, por lo insólito del paraje que lo alberga, siendo este un desierto, y en segundo lugar, por las innumerables bocas de acceso a los sistemas principales que lo discurren, más de 2000. En esta ocasión, y de la mano Alain Thibault y del GTS, vamos a visitar la Cueva del Agua, descubierta el 12 de Octubre de 1974, por Andrés Rueda Casinello, Francisco Rueda de la Puerta, Francisco José Rueda de la Puerta, y José Benavente. Con este último, algunos de nosotros tuvimos la ocasión de visitar al día siguiente, la Cueva del Peral. Nos reunimos a las 10 como es preceptivo en Sorbas  en el bar restaurante El Suave, que se encuentra a la entrada al pueblo. Esta vez nos hemos desplazado a Sorbas, Mar, Rebeca, Manu, Lucas, Txema, Ramón, Felix y yo, desde Madrid, Salva, presidente del GIS de Cartagena y compañero de nuestras ultimas correrías y los hermanos Aguilera, con sus respectivas mujeres desde Cadiz. Añadidos se presentan otro grupo de gente de Elche. Nos repartimos en los coches, y con Alain como guía nos dirijimos hacia la cantera. Tomando el desvío por la pista que bordea la valla de la misma y vamos hacia la Cortijada, donde dejamos los coches y empezamos a ponernos los neoprenos. Un grupo, con los fotógrafos, entre los que se encuentran Felix, Cecilio y Juanlu, van a entrar a la cueva 21, sistema paralelo al del agua en galerías fósiles y que conecta con la misma. El otro grupo, formado por el resto de nosotros y los de Elche, tenemos intención de entrar a la cueva del Agua. Los compañeros de Elche a la vista de hacer por la tarde la 21 y no disponer de neopreno deciden entrar a la 21 por la mañana y dejar el agua para por la tarde con el fin de ir con el mono seco. Así pues quedamos los cueveros sólos ante el peligro La gran dolina de la cueva del agua, que ocupa aprox. un 1 km2 se localizan 150 puntos de acceso al sistema, estando conectados 24. Nosotros vamos a entrar por el manantial o surgencia de la Cortijada que es la salida natural de la cueva al exterior mediante un pequeño río. La entrada se realiza tomando un pequeño camino a la izquierda de la salida natural que nos remonta sobre unos grandes bloques de yeso que aplastan el conducto principal. Este camino nos vuelve a adentrar en una sala con un gran caos de bloques de donde dejaremos el curso de agua a la izquierda para subir de frente por un paso alto que nos adentra por una pequeña galería fósil hasta volver a contactar con el agua. Al poco aparece una reja herrumbrosa que se encuentra abierta. Penetramos y seguimos el curso activo del agua que va discurriendo por amplias galerías brillantes por los cristales de yeso, tallados y pulidos por el agua en sus crecidas. Atravesamos meandros, laminadores, etc. y observamos galerías laterales con fuertes corrientes de aire que hacen suponer varios de los acceso antes citados (Sima Ucrania). Continuamos el curso unas veces por el agua otras por pequeñas galerías superiores hasta la bifurcación final de los dos ramales. Primero revisamos el derecho llegando hasta el sifón Mayorga. En 1988, durante el Campamento Nacional, se conseguirá por medio de técnicas de espeleobuceo, unir el sifón final de la Cueva del Agua, con la SO-21-CAM, bautizándose esta unión como sifón Mayorga, en honor al primero que consiguió unir estas dos cavidades físicamente. Retrocedemos y tomamos el ramal izquierdo, más estrecho y de menor porte, donde al poco divisamos una unidad de medición y llegamos al sifón temporal (no recuerdo bien si este estaba antes o después de la estación). Continuamos progresando a gatas y otras veces arrastrándonos hasta llegar a la base de un pozo donde divisamos la luz del día y en cuyo fondo esta la calavera de una cabra (SO 281). Aquí dejamos la progresión al estrecharse el conducto y discurrir pocos metros más según nos informa Lucas y Rebeca que van por delante. Esta zona tiene fango con un olor fétido. Regresamos sobre nuestros pasos haciendo fotos y disfrutando de una cavidad sorprendente por su naturaleza ya que en toda la superficie del karts no se divisa una sola gota de agua, como buen desierto. A la salida nos acompaña el sol de Almería que hace que estas visitas sean de lo más grato. Nos cambiamos y en un pequeño terreno en terraza con un par de olivos, lo que hace suponer que los pobladores de los cortijos abandonados debían de tener muy pocos recurso, procedemos a dar cuenta de la comida que traíamos desde Madrid, formando una bonita estampa. Para mi es un lujo y un privilegio disfrutar después de una cueva como la del agua del sol almeriense en un paraje tan bello rodeado de tan buena gente. Terminada la comida vuelta al hostal para dejar a parte de los compañeros y volver a hacer la 21. No pudimos por avería mecanica. Otra vez sera. Por ultimo, agradecer nuevamente a nuestros amigos del GTS, especialmente a Alain y a Cecilio su interes y ayuda.

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