jueves, 28 de octubre de 2021

Red del Gándara hasta la segunda Cascada y Sala de los Cristales

En esta ocasión, teníamos intención de llevar a Gonzalo y Rosa, espeleos que nos han enseñado las cavidades de Galicia este pasado agosto, a una de las redes más importantes de Cantabria, la red del Gándara, que hemos visitado en numerosas ocasiones ya que se muestra como una de las más accesibles e idóneas para cuando el tiempo no acompaña por venir con agua. Sus galerías principales son tan grandes que ni su potente sistema hídrico es capaz de llenarlas, al menos en todas las visitas que hemos realizado hasta la fecha. Al final no fue posible que viniesen y el grupo quedo algo mermado. También nos iba a acompañar nuestro compañero More desde Madrid, que finalmente tampoco pudo, por motivos de salud de la familia. 

Total, para la ocasión nos juntamos María, Julio y Nano, desde Cantabria, y Mar y yo desde Madrid. Teníamos la intención de llegar a la sala de los Cristales, más allá de la segunda Cascada y la sala del Gran Pozo. Por esta vez y sin que sirva de precedente, quedamos a las 9 en el bar restaurante Coventosa,  donde nos alojamos Mar y yo. A la llegada el viernes por la noche reconocí a algunos espeleos que debían de estar en las Casucas del Asón de Margari. 

Empezamos la mañana del sábado 2 de octubre tomando café y una barrita con tomate (vamos mejorando en los desayunos) y una vez que llegan nuestros compañeros cántabros, sin enrollarnos mucho, después de los saludos de rigor (como aquel que dice nos acabábamos de ver en la tradicional marcha por Picos de Europa, que este año fue en la zona de Vega de Arios),  nos vamos para los altos del Asón y en poco nos encontramos ya en el parking cambiándonos. Entramos por la boca artificial (Datum E50 30T 0452465 4782348 alt: 707) a eso de las 11,15 de la mañana, todo un récord para nosotros. Vamos progresando tranquilamente, pasamanos del pozo del Oso, Delator, pozo de las Hadas, sala del Ángel, y sin parar mucho, seguimos por la gatera a la grande galerie de Cruzille, avanzando penosamente hasta que se va reduciendo en dimensiones y damos con el paso entre bloque arriba a la derecha del derrumbe, marcado con un catadióptrico. Destrepamos esta caótica zona y progresamos por un cauce seco hasta el vivac 1 de los franceses, ya limpio de todo el mar de plásticos y suciedad que había ido acumulando con el tiempo. Aquí hacemos un pequeño descanso y comemos algo para recuperar fuerzas y sin mucha pérdida de tiempo continuamos por la galería hasta encontrar al fondo a la izquierda  una cuerda ascendente que nos permite superar el E5 (o P5 dependiendo de donde vengas) y que nos coloca en uno de los meandros más bonitos que he visto, con suelo de arena y concrecionado con virutas de yeso por doquier. El avance por el es de lo más cómodo y vamos viendo los algodones y pelos de yeso que interaccionan con el viento. Nos cuenta Julio que de ahí vino el nombre de la galería de los Anestesistas, que estaba cubierta de este “algodón” que según las corrientes cambiaba su ubicación. Seguimos más o menos cómodamente y pasamos por el cruce donde se incorporan los que vienen de la travesía de Calígrafos, hasta llegar a una bifurcación, que tomamos a la izquierda y un poco más adelante, el caminos se separa nuevamente, si continuas por la izquierda vas a salir al gran pozo y puedes acceder a una cuerda que esta recogida un poco más arriba. Si sigues hacia la derecha, asciendes hasta encontrar una cuerda quitamiedos que ayuda en un paso delicado sobre un meandro desfondado y profundo y que te deja en el pozo de la cascada que es espectacular. Yo calculo que pasa de los 100 metros y la cascada es impresionante a pesar de no llevar mucho agua, lo que nos permite admirar el lugar sin la nube que se suele formar por el agua en suspensión. Bordeamos el pozo por la derecha sobre un suelo muy concrecionado y atentos al paso, ya que aquí no hay cuerda, y comenzamos a ascender por una rampa concrecionada formada por la caída de varios aportes. Descendemos a la zona con más formaciones que hemos vista hasta ahora y de un carbonato cálcico inmaculado. Progresamos en línea recta vamos a parar a una sala muy concrecionada de cristales de calcita, que no es la sala que aparece en muchas fotos, ya que esta esta vacía de agua y los cristales son más obscuros, debido al barro de los aportes, pero que no le restan belleza, ya que paseamos por un gran tour con cristales hasta metro y medio y varios conductos cristalizados. Hay un ramal por donde evacua el gour y que va descendiendo, que decidimos no revisar ya que parece que en algún punto habría que apoyarse con cuerda a la vuelta. Damos por buena la visita y comenzamos el regreso. Hablando con un Juanito posteriormente, me cuenta que la sala esta pasado ese pequeño gour atravesando por las formaciones, total que nos quedamos a escasos metros. Siempre es una buena disculpa para volver en otra ocasión. Como vamos bien de tiempo, paramos a tomar otro bocata en la galerie Cruzille y decidimos descansar un poco, ya que algun@s no había dormido mucho la noche anterior, por lo que nos pertrechamos de mantas y algunos dieron una cabezada de una hora, como confirmaron sus sonoros ronquidos.

Con las pilas recargadas atacamos la rampa de ascenso de la sala del Angel y el pozo de las Hadas y sin darnos cuenta ya estábamos fuera, sobre las 24,15. Bajamos hacia los coches con un fuerte viento sur cálido y algo de agua y cuando terminamos de cambiarnos, el aguacero arreció, al igual que el viento. Bajamos a ver si estaba algo abierto llegando a donde Margari a eso de la 1 am. Como todo estaba ya en silencio, nos despedimos como pudimos por el agua y cada mochuelo a su olivo. Esa noche el viento hizo de las suyas, pero nosotros con la paliza ni nos enteramos. 

Gran jornada cuevera con nuestros inseparables amigos, que nos resarció, al igual que la campaña de Picos, de tantos meses de no vernos y compartir nuestras batallas. Salud y Cuevas.

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