Este fin de semana hemos podido disfrutar de un poco de tiempo libre y nos hemos dado una vuelta por Cuenca, zona donde ya hemos visitado varias cavidades como la Cueva de los Moros, Cueva Lóbrega, Cueva de la Ramera, Cueva de la Solana y otras más pequeñas. En esta ocasión nos hemos acercado a la cueva del Tío Manolo, que en repetidas ocasiones hemos estado cerca pero no hemos llegado a visitarla.
Nos acercamos al pueblo de Uña por la carretera que va desde Cuenca a esta población, y antes de entrar en el pueblo, a mano izquierda sale una pista de tierra bien conservada que bordea una pequeña laguna y que asciende hacia los cortados. A unos 2,5 Km. hay un pequeño descampado y siguiendo el ascenso al poco encontramos un camino que sale a la derecha paralelo a los cortados y que acaba al poco en una praderita y un pequeño pinar. No se puede continuar y aquí dejamos el coche. Había un grupo de 6 personas que a todas luces parecían espeleólogos. Preguntamos si se podía continuar en coche y nos dijeron que no y también que la cueva estaba cerca. Desde este punto sigue un camino perfectamente marcado que asciende durante unos 150 m y cruza el caños para pasar al lado contrario del pequeño barranco. Al poco (50 m aprox.) y en un grupo de piedras hacia abajo se sitúa la boca de la cueva que no es fácil de localizar. El camino llega justo hasta allí.
Al llegar a la boca encontramos toda una serie de pertrechos para lo que parece una campaña de exploración de unos cuantos días. El grupo de espeleólogos pertenece al GAEM y varios grupos más que vienen de toda España con el fin me imagino de profundizar y avanzar en el sifón terminal de la cueva (490 m/-27) dato de 2.005.
Nosotros iniciamos la vivista descendiendo una pequeña rampa de entrada de unos 2 m aprox. que baja sobre una pequeña colada mojada. Ya en la cavidad , esta presenta una forma cuadrangular y amplia. Vemos por toda la cavidad tierra/arena pegada a las paredes tanto laterales como del techo lo que hace suponer que esta cueva está completamente inundada en ocasiones. De echo confundimos con formaciones esta arena en algunos sitios. La cavidad no tiene pérdida ya que se desarrolla linealmente. Hay una sala con un gran gour y un poco más adelante una diaclasa en el techo del que colgaba una cuerda indica la existencia de un nivel superior al que no accedimos ya que únicamente llevábamos un equipo. Seguimos el recorrido principal llegando a la zona inundada (Sala de Juntas).
Tiene muy pocas formaciones durante todo el recorrido.
Me metí en el agua y estaba helada. No continuamos por no mojarnos del todo ya que para acceder a la galería de la Sala de las Vigas que sale a la izquierda tras una trepada había que nadar.
A la vez que nosotros paso un numeroso grupo de unos 8 o 10 "chavales" en chandal y con zapatillas deportivas en el mejor de los casos, y por supuesto sin casco. La cavidad bien es cierto que no entraña ninguna dificultad pero al tener un curso activo es fría y si tienes un percance por pequeño que sea lo puedes pasar mal. Yo recuerdo en mis primeras incursiones que lo primero que me compré fue un casco y un frontal. En la primera visita al Reguerillo lo primero que vi fue un reguero de sangre de uno que se había dejado los cuernos.
En fin son otros tiempos supongo.
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