Nos
hemos alojado en el Albergue la Aldea, en Bejes, un albergue de montaña
acogedor a más no poder, en un pequeño pueblo al que se accede desde la propia
Hermida, en la margen izquierda del Deva. Lo lleva una pareja, Miguel, es un
tío encantador y gran conversador. Una persona con conocimientos de la zona
excelentes, que hace que charlar e informarte del lugar sea un
proceso natural. Gracias a él llevamos la tijera de desbrozar que nos serían de
verdadera utilidad para transitar por el camino de acceso a la cueva.
También
nos informamos de la Mina de Hozarco, en la zona de Cicera, que nos serviría de
actividad para la mañana del domingo.
Los
espeleos para la ocasión somos, desde Santander, María, Lucy, Nano y Julio.
Desde Hunquera, Nandy y JM G Casanova, y desde Madrid, Mar y yo.
El sábado habíamos quedado a eso de las 9,30 en La Hermida con Casanova y Nandy, pero nos dijeros que se quedaban antes ya que el acceso comenzaba algunos kilómetros antes.
El sábado habíamos quedado a eso de las 9,30 en La Hermida con Casanova y Nandy, pero nos dijeros que se quedaban antes ya que el acceso comenzaba algunos kilómetros antes.
Nosotros
bajamos en coche hasta la caseta de los pescadores, es decir bajando de La
Hermida hacia Panes , en el pk 167, cruzamos el río por un pequeño puente y ya
en la margen derecha, un poco más adelante, hay un aparcamiento, desde donde
comienza la penosa subida de unos 400 metros de desnivel, hacia la boca (WGS84 30
T 0367533 4792383). Casi desde el inicio, tuvimos que ir desbrozando el camino de zarzas y
enredaderas que lo hacían muy dificultoso , como ya dije, hasta llegar a un
roble muerto enorme, para un poco más arriba buscar otro de igual porte a la derecha, para por la derecha llegar a un colladin donde se sitúa la cota más alta de la marcha. Desde ahí y sin perder
altura, tomamos una vereda de cabras discontinua, que nos encamina a la boca, de medianas dimensiones y presidida por un
enorme roble caído sobre ella. La entrada se realiza en rampa descendente y
sorteando una especie de burbuja rota a modo de marmita que nos dice que la
boca en otro tiempo pudo estar cegada por ella. Bajamos unos metros para a la
derecha encontrar ya una cuerda entre columnas a modo de pasamanos que nos lleva a la cabecera
de una rampa de unos 35 o 40
metros . Se añade a la
misma un cintajo grande para reasegurarla y se instala una cuerda de 50
de la que nos sobrará, ya que no tiene fraccionamiento. Como digo es una rampa
suave que nos deja en el fondo de una galería amplia. Según bajamos observamos
otra galería a derechas que no visitaremos. Progresamos por la sala observando las
formaciones, cubiertas de una tonalidad marrón y tomando dirección Este, es decir siempre a la derecha, vemos un piso superior que tampoco visitaremos y al poco nos encontraremos en otra gran sala con bonitas y
monumentales estalagmitas. Desde aquí y nuevamente por la derecha esta la
cabecera del p20, que más que un p20 es un p8 destrepable y que discurre en
travesía hacia la derecha para bajar otros tantos metros.
En
el fondo de la sala, nuevamente a la derecha, vamos progresando por salas que
cada vez toman mayor volumen (Galería del Caracol), hasta llegar a la famosa
sala de las Hacinas, con bellas estalagmitas y que irá descendiendo a derechas
nuevamente, surcada por un pequeño regato, hasta llegar a una sala tranquila, creo que llamada Vivac
1972. Un poco más adelante y siempre a derechas, se inicia una rampa
descendente por la que circula agua y que además irá reduciendo su altura
gradualmente hasta tener que mojarnos. Notaremos que es la continuación por el
aire que circula por ella, estamos en el Sifón del Viento. Esta rampa agaterada,
nos dejará en una pequeña marmita, donde por la izquierda veremos ascender una cuerda con
nudos. Resalte de un par de metros que superamos y nos dirigiremos como
siempre hacia la derecha ya que a la izquierda la sala se cierra. Atravesaremos
una colada donde ya apreciaremos que no hay mucho transito al no estar
prácticamente machada y tendremos cuidado de no ser nosotros quienes lo
hagamos. A estas alturas, Nandy y Casanova ya han declinado bajar la gatera y
retornan haciendo fotos. Continuamos por una pequeño meandro hasta una sala
amplia con una bella surgencia con pocete transparente que se pierde por la izquierda.
Ascendemos por la derecha (dirección Este) para encontrar enseguida un par de cuerdas que nos
ayudan a superar un E8 y que nos van a permitir ascender una antigua cascada. Una
superado el e8 treparemos unos 3
metros para encontrar otra cuerda que nos permitirá
igualmente superar un e5 del que un par de metros serán en pasamanos. Un par de
metros más arriba subiendo por el curso del río (sin agua) nos encontraremos el
último e3 que se desfonda en otro p3. Este paso es angosto y conviene dejar las
sacas abajo. También hay que tener cuidado en la subida con las piedras sueltas que son monumentales. Una vez en el cauce, remontaremos el río seco hasta dar con el río
activo a la izquierda, donde vemos una pequeña cascada que superaremos por la
derecha y hacia arriba, llegando a un pasamanos de cuerda que nos permitirá
avanzar. Vuelta a bajar y pasamanos a la izquierda para cuando esta el río
crecido, que nosotros pasamos por abajo gracias a un dilema en fijo que sirve
para épocas de poco agua. Remontamos el cauce otros tantos metros y a mano
izquierda encontraremos una salga grande donde se sitúa el lago y una gran
galería que desemboca en el. Es justo decir que no me pareció muy bonito. Por la parte derecha hay una cuerda para no
mojarse y subir a ella. Siguiendo por la derecha (Este) sin bajar al lago, la galería continúa a
derechas, pero aquí ya solo hemos quedado Nano, Mar y yo, ya que el resto se
dió la vuelta al poco de subir el p8. Nos volvemos tranquilamente fotografiando
el cauce activo, que es una pasada ya que la roca lavada es multicolor y esta adornada de innumerables
pequeñas oquedades. Nano nos pierde y Mar y yo decidimos tomarnos un tentempié
en el vivac, y reiniciar la salida desinstalando la poca cuerda que hemos
usado.
Julio
nos esperaba en la cabecera del p20 y ya los tres deshacemos los últimos metros
de esta enigmatica cavidad que nos hubiera gustado bichear un poco más, pero
que como te mojas, al final, los que esperan se quedan helaos. Iniciamos el
ascenso a eso de las 11,30 de la mañana y nos llevó en torno a una hora y media
la subida con desbroce incluido. Salimos a eso de las 6,30 pm mas o menos, con
el tiempo justo de bajar con luz por el intrincado camino y llegamos a los
coches a las 7,30 con las últimas luces y algún revolcón que otro. Sin
incidencias, cada mochuelo a su olivo a ducharse y quedamos a las 10 en
Hunquera con Nandy y Casanova para cenar en la gasolinera, que en principio no
nos daba menú del día, pero que finalmente se avinieron a dárnoslo, siendo la
envidia de la pareja que esta cenando al lado, que flipaban de como nos comíamos
(algunas/os) el perolo de cocido montañes y luego el cachopo y otros manjares.
Llegabamos a eso de las 12 al albergue donde comentamos un poco la jugada con
Miguel, que nos tenía ya preparado un dibujo a modo de croquis para la visita
del domingo a la mina Hozarco y para la cama habiendo concluido una espléndida
jornada de las que quedan en la memoria.
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