Para
la ocasión, este pasado 3 de junio, salimos desde Madrid, Mar y yo,
pertenecientes al Talpa, para hacer noche en Udías. El sábado 4 se nos unen desde
Cantabria, María, Julio y Nano del SCC y Rana, Esther y Juanillo del Ozono.
Quedamos en la posada de la
Gándara en Udías a eso de las 9,30, y como siempre, entre los
abrazos, saludos y cafés, salimos a las tantas. Continuando por la pequeña
carretera que sale de la posada en dirección a las minas, a unos 800 metros nos encontramos
un puente férreo y un desvío a la derecha, este será el camino para llegar a la
boca de la mina. Justo antes de este, hay una pronunciada rampa con un cartel
de Parking, que sube por la derecha y que tomaremos, para girar a la derecha en
el alto, y como a unos 60
metros encontrar el aparcamiento a la izquierda, donde
dejaremos los coches (WGS 84) 30 T 400292 4800408. Volveremos por el
camino hasta el puente y tomaremos la
pista a derechas y como a unos 720 metros encontraremos la reja que da paso a
la bocamina del Sel de Haya (WGS 84) 30 T 400456 4800322.
Nosotros
hemos seguido las indicaciones y planos del Club Viana, donde detalla tanto la
travesía como el tránsito por la mina y cueva. Recorremos el primer túnel y
tomamos la segunda desviación a la izquierda, siendo la más evidente, para
encontrarnos con la base de cemento de el primer cabrestante, situado en el
primer pequeño soplao. Continuamos recto atravesando un puente de roca y donde
comienza la primera gran rampa, con doble vía, que bajaremos completa hasta una
zona encharcada, haciendo caso omiso de un par de desvíos que hay a la derecha.
En este punto y como iba primero Julio que se la conocía de antiguo, nos dijo
que por allí no le resultaba familiar, con lo que ahora sí, saca plano y descripción
y súbete toda la rampa hasta arriba para luego volver a sacar la conclusión de que
íbamos bien, y que el problema lo planteó una pequeña sección del techo que se
ha derrumbado y a la que le han colocado dos soportes para apuntalar, y una
escalera que alguien ha usado para subir a galerías superiores a prospectar.
Una vez bien ubicados, continuamos por el túnel, unos metros más para
desviarnos a la derecha en una zona que tiene un desvío de vías y que haciendo una especie de círculo nos
lleva por la derecha y si queremos visitarlo, al segundo cabrestante, este
prácticamente completo. Desde aquí, tomaremos una galería descendente amplia y
muy empinada, que será la segunda rampa a bajar. Esta de más cortas dimensiones
tiene escalones tallados en su margen izquierda. Transitando por ella
observaremos casi seguidos dos grandes pozos, siendo el último que se encuentra
a izquierdas, impresionante. Bordearemos con cuidado y seguiremos recto hasta
el siguiente gran soplao que se abre a nuestra derecha y por donde
abandonaremos la galería para tomar un camino poco marcado que va al fondo de
la sala donde se encuentra a la derecha la escalera que nos bajará a las
grandes galerías del Rescaño. Una vez abajo, destreparemos una empinada rampa
zigzagueante y una vez abajo, con la escalera a nuestra espaldas tomaremos el
camino de la derecha (hay una barras metálicas clavadas en un bloque o Bloque
de las Piruletas), iremos remontando una rampa o tolva por un camino construido
por los antiguos mineros y que nos llevará ascendiendo al Gran Cañón, que
seguiremos por camino minero más o menos hasta el Balcón del Cañón de Udías. En
este balcón que se encuentra en el lado derecho de la galería, dejaremos ya de
ver restos de la minería. Voy a transcribir parte
de la descripción del Viana, ya que es mucho mas detallada. Saldremos a través
de una nueva escalerilla que nos lleva a un caos de bloques con una senda claramente
marcada. A la derecha se abre una galería de tamaño más reducido cuyo acceso
nos hace descender una escurridiza rampa de barro de unos 5 m. Atravesaremos el río
pegados a la pared derecha.
Esta galería, ahora con el firme de arcilla compactada, nos vuelve a alejar del
río que seguimos oyendo, para llevarnos a un pequeño destrepe en un punto en el
que es cortada transversalmente por otra galería que en época de lluvias suele
llevar un pequeño aporte de agua. La cruzamos saliendo de frente a través de
una trepada de un par de metros que nos devuelve a la galería que traíamos,
pero ahora con el firme lavado y con fuertes golpes de gubia. Esta galería, que
va a morir al curso activo, marca un giro a la derecha en un punto
en el que una trepada de 2 m
a la izquierda nos sube a un balcón superior de techo bajo con unas cuerdas
fijas que nos servirán de quitamiedos para cruzar el río, sobre un bloque
empotrado a 5 m
del agua, en el meandro que forma el
curso activo.
Seguimos
de frente y cruzando una zona de techo bajo que nos deja en la galería de los
Gours y que saldremos con un giro a izquierdas ascendiendo por una galería
concrecionada con una columna. A los pocos metros encontraremos el E4 que no
será otra cosa que una trepada que tiene apoyos en alguna formación maltrecha.
Nos sitúa en la parte alta del cañon,y atravesando una zona de bloques nos
lleva a la primera gatera de unos 2 metros. Una vez pasada y un poco más adelante
destreparemos una diaclasa de unos 4 metros que nos dejará ya en el río, que
tomaremos aguas arriba por su lado izquierdo (margen derecha). Ascenderemos una
rampa entre bloques que nos deja en un balcón donde aparece la tirolina de 15 metros y un pasamanos
con p6 a la derecha que nos permite baipasearla. Aquí montamos dos poleas que
vamos recuperando con un fino cordino y la mitad del equipo va por cada lado.
La tirolina no hay que hacerla entera ya que te deja en un gran bloque a unos
5 metros de su final. Las instalaciones
se encuentran en buen estado. Seguiremos por la parte alta e izquierda
remontando el curso activo al que al poco descenderemos y cruzaremos. La verdad
es que el río lo vamos a estar cruzando en repetidas ocasiones. En nuestra
visita el caudal es bajo. Iremos progresando rió arriba hasta que nos obligue a
mojarnos, en ese caso subiremos una rampa por la izquierda que nos lleva a una
galería colgada que volveremos a bajar y volveremos a cruzar el río. Hasta este
punto, el camino si bien un poco farragoso no tiene mucha pérdida. En este
punto vimos luz arriba a la izquierda de dos compañeros que estaban en los
pozos. La continuación sigue por la derecha en una fuerte rampa de unos 40 metros nos irá
llevando por un canal que ira girando hacia la izquierda y bordeando la sala
por una zona marcada. Hay que reseñar que en las zonas bajas no hay hitos ya
que el agua los arrastra, encontrando estos únicamente en zonas altas. Encontraremos
en la parte alta de la rampa unas pisolitas grandes y grises a la izquierda.
Los compañeros que bajaban
los pozos descendieron al río por la izquierda, por lo que hay que reseñar que
hay más de un camino para llegar a las cuerdas de p20 + p20.
Vamos
ascendiendo al final de la rampa a izquierdas y llegamos a las cuerdas del E20.
Aquí emplearemos un buen tiempo ya que el escarpe es laborioso, con fraccionamiento-cabecera
y desviador. Una vez llegamos a los 20 metros, hay otra cuerda que nos sube otros
20 hacia la galería del Avatar, a la que subió Juanillo mientras el resto del
grupo superábamos el pozo. Nos contó que hay una formación muy singular similar a la cresta de un punki. Nosotros salimos
par el pasamanos y esperamos para reunirnos y cruzamos a pared contraria por un
paso delicado para coger la cornisa (que da la risa) hacia la galería del Vivac, desde donde
divisamos un bello puente de roca. Continuaremos con cuidado transitando por la
cornisa hasta meternos en una zona con formaciones obscuras por el manganeso y
que al poco se encuentra balizada unos 300 metros y que
seguiremos hacia la Gran Sala,
que será perceptible nada más verla. Aquí tomaremos un refrigerio y haremos una
parada de una media hora para descansar. Acabada la zona balizada, saldremos
por una gran rampa con caída de piedras y que nos bajará al río hacia un paso
estrecho y bajo que da miedito pensar como estará cuando haya agua. Atravesaremos
el río un par de veces para proseguir por un talud de arena a mano izquierda
que nos lleva al río nuevamente a un paso bajo y ancho de unos 20 metros y que tras una
pequeña trepada nos saca al cañón de Suvía. Continuaremos hasta que el río
vuelve a cerrarse. En esta ocasión tomaremos por la derecha para franquearla y
volver al río en su lado derecho. En este punto no recuerdo muy bien el resto
salvo que llegamos aun punto donde no se puede seguir por el agua ya que
empieza a cubrir y estamos en el lado izquierdo del río. Aquí seguiremos hacia
el fondo y antes de llegar a la pared y el agua, por la izquierda hay una
ventana que nos sube unos metros y que continúa descendiendo a una gatera que
no te apetece entrar, pero por la que tienes que pasar. Esta es la gatera más
estrecha e incomoda de toda la travesía pero que tampoco es para tanto. Este es
un punto importante de la travesía.
Siguiendo
el curso activo un poco más adelante, a la
izquierda también, encontraremos la primera cuerda ascendente que da
comienzo al pasamanos de la
Muerte que nos sacará al Cobijón. Este con sus 200 metros de cuerda
hará las delicias de todos, con sus saltos de fe, su gatera y una zona técnica
cuando hay que cambiar de margen de río con un péndulo ascendente, no tiene ya
pérdida. Nos dejará en la parte izquierda
e iremos progresando con cuidado hacia la boca de salida del
Cobijón (WGS 84) 30 T 399716 4799721
Nosotros
hemos sido 8 espele@s y hemos utilizado 8 horas en hacer la travesía. Hemos
llevado una cuerda de 25
metros y un cordino de 8 de 25 metros con dos poleas.
La cuerda de porsi no ha sido necesario utilizarla si bien en el E20 hay una
flor en el último tramo antes de llegar al pasamanos de salida.
Una
vez fuera, hemos salido por la rampa pronunciada que hay a la izquierda en vez
de bajar por la cuerda que da acceso al prao.
Una
vez fuera, nos dirigimos a los coches para cambiarnos y de vuelta a la posada a
tomar unas cervezucas, y devorar unas patatas fritas y unos pistachos. En el ínterin,
se nos unirá Lucy, que viene de Lyón y que tiene previsto junto con Mar, María,
Julio, Nano, Juanillo y el menda, hacer la bajada del Sella al día siguiente. Nos
despedimos de Rana y Esther, que ha sido un gran placer hacer espelo con ellas
y nos vamos a dar un homenaje de cena en la posada para reponer fuerzas para
mañana. En resumen, una gran jornada rememorando esta travesía muy asequible
para casi todos los públicos, y que hemos podido disfrutar sin ningún
incidente, disfrutando de los amigos y de lo que nos gusta hacer, que es el
murciélago.